El dueño de la empresa de transporte, LA VELOZ DEL NORTE, Marcos Jacobo Levin, fue condenado a 12 años de prisión por delitos de lesa humanidad, cometidos durante la última dictadura militar.
Levin fue sentenciado por la privación ilegítima de la libertad de Víctor Cobos, ex empleado de su empresa, que en aquella época era delegado gremial de la Unión Tranviarios Automotor (UTA).
Cobos estuvo secuestrado en la Comisaría 4ta. de Salta Capital, donde recibió castigos físicos y psicológicos, y fue amedrentado de tal forma que padece consecuencias hasta la actualidad.
Junto con el empresario fueron condenadas autoridades policiales comprometidas con la misma causa.
Este caso no es uno más. El hecho que se condene a un empresario es producto de la permanente movilización de nuestro pueblo, que jamás lo ha dejado de hacer, aún en las más complejas situaciones.
El proceso de concentración económica a favor de los monopolios necesita siempre de una adecuación del Estado para ejecutar los negocios. La dictadura iniciada en el año 76, llevó a cabo esa política a través del Terrorismo de Estado y los grandes empresarios avanzaron en el apoderamiento de las Instituciones. Eran parte indisoluble de un todo: la dictadura del capital financiero. Fue un serio intento de disciplinar a la clase obrera y a todos los trabajadores.
El actual Estado monopólico y los respectivos gobiernos democráticos burgueses, sufren la presión que nuestro pueblo ejerce. Las movilizaciones del último 24 de marzo son una expresión de todo ello y la conquista lograda con la condena a Levin se transformará en una verdadera piedra en el zapato en la gobernabilidad del actual capital financiero. Cualquier nuevo intento de disciplinar a la clase obrera y al pueblo ¡fracasará!