La movilización de hoy superará largamente los títulos que la burguesía intenta asignarle para confundir, desviar la atención y limitar su alcance.
No se trata sólo del salario, los puestos de trabajo, el impuesto a las «ganancias». Las masas obreras, de trabajadores en general y mayorías populares salen a mostrar su oposición a las condiciones de vida que las somete la burguesía monopolista a través del Estado y el gobierno de turno a su servicio.
Con sus luchas y enfrentamientos diarios, constantes, sostenidos, las mayorías populares han generado, a pesar de la propia burguesía, su Estado y los empresarios sindicales, las condiciones, la oportunidad, y el terreno para confluir unitariamente, bajo la acción dirigente de la clase obrera, en una expresión nacional, el enfrentamiento a las políticas de los sectores minoritarios dueños de los medios de producción.
Aquí está claramente delineada la verdadera historia de la humanidad que se muestra con sus particularidades en nuestro país.
El enfrentamiento político sustancial no es otro que el enfrentamiento de las clases. Su carácter es antagónico y su forma no es otra que la de una fuerza contra otra fuerza: la fuerza de la oligarquía financiera que quiere someter y disciplinar a los trabajadores y pueblo en general con el fin de seguir reproduciendo su capital, y la fuerza de la clase obrera, los trabajadores y el pueblo por mejorar sus condiciones de vida.
Todo lo demás, es decir, lo que aparece como agrupamientos de diversas organizaciones políticas, sociales, religiosas, etc., no son más que expresiones en la superficie de lo que subyace en el fondo material de esta historia real que quieren tapar.
La unidad de la clase obrera se fortalece desde ese concepto de fuerza contra fuerza. Por eso estamos convencidos que -desde abajo-hay que seguir trabajando en la unidad de la clase; para que en un futuro no muy lejano nos despojemos de las estructuras burocráticas que buscan condicionarnos como clase. De lo que se trata es de avanzar en la materialización del movimiento obrero revolucionario.
Todo se resume y se moviliza sometido al enfrentamiento clasista. Un momento como éste, muestra claramente el carácter del enfrentamiento real y lo que une a las mayorías contra la minoría. Por eso para los revolucionarios, hablar de política no es otra cosa que del enfrentamiento de la clase obrera y el pueblo contra la burguesía monopolista. Toda otra referencia, achica, divide, desvirtúa y confunde los ejes por donde debe pasar la propuesta de acción.
Sobre ese terreno es que los revolucionarios tenemos que actuar tanto en la movilización, las acciones políticas (las cotidianas que aparecen como pequeñas, y los grandes eventos como el de hoy), la organización, llevando las ideas revolucionarias que muestren no sólo el verdadero enfrentamiento entre las clases sino también el camino de salida, revolucionario, que permitirá a la clase obrera y al pueblo en general liberarse del estigma histórico de la explotación del hombre por el hombre.
Con esa visión revolucionaria en sus manos, la clase obrera, más tarde o más temprano, cumplirá con ese cometido histórico de liderar el proceso de su liberación propia y la del pueblo todo del yugo capitalista y, con ello, transitará el camino hacia la eliminación de las clases sociales.
Esta movilización inscribirá un hito importante en la confrontación que nos llevará al tan ansiado objetivo.