Movilización estudiantil en Paraguay

El 3 de mayo pasado, un grupo de estudiantes secundarios del colegio Republica Argentina decidió tomar las instalaciones. Exigían la renuncia de la ministra de educación. De inmediato se hizo presente un intento de desalojo por parte de la policía y los cascos azules, que ingresaron por medio de la fuerza, destruyendo parte de las instalaciones. Los estudiantes se refugiaron en un aula y no cedieron al amedrentamiento. El  clima político de Paraguay, surcado por constantes movilizaciones populares, no era el más apropiado para sostener el embate represivo contra un grupo de jóvenes que clamaba un cambio. Frente a la presión social que se hizo eco de este episodio, la represión no tuvo más remedio que retirarse.

Este hecho se constituyó en otro grito de furia de los estudiantes por el incumplimiento del gobierno de las demandas acordadas en octubre del 2015, y se extendió al principio a varias escuelas de Asunción, que comenzaron a movilizarse a la escuela tomada. Pero, en el transcurso de la tarde del mismo día, se extendió inmediatamente a casi la totalidad de las escuelas del país.

Cortes de calle, movilizaciones y tomas de escuelas en los lugares más remotos, en ciudades y en poblados, comenzaron a producirse y seguirían en aumento con el correr de los días, desencadenando un estado insurreccional al que se fueron incorporando otras fuerzas del campo popular. Más de cien escuelas tomadas, y una formidable voluntad de conquistar sus demandas causarían estupor en la burguesía.

Todos los intentos de la ministra de educación por entablar una negociación chocaron no sólo con una rotunda negativa, sino también con la firmeza de su renuncia. La superestructura, conmocionada por la masividad de la lucha, comenzó a vacilar, buscando como dé lugar frenar la embestida popular. No repararon en nada, tal como es la burguesía, desde sobornos, hasta prebendas, desde grandes discursos hasta promesas, etc. No faltó tampoco la intención de inculpar a organizaciones políticas, o a la infiltración de elementos ajenos a la educación y todo el palabrerío con que la prensa burguesa ataca a las genuinas movilizaciones populares. Nada hizo que se corrieran un ápice en sus reclamos. 

La misma semana que la lucha docente y estudiantil protagonizan en nuestro país masivas movilizaciones por salarios, presupuesto y boleto estudiantil, el señor Cartes (presidente de Paraguay) llegaba de viaje de  “negocios” a la Argentina. Mientras, el pueblo paraguayo tomaba las calles en un hecho sin precedentes que supera las movilizaciones del año pasado.

Con el transcurrir de los días, la movilización lejos de retroceder se afirma en su fuerza, incorporándose una serie de puntos nuevos, que van más a fondo respecto de las demandas incumplidas por el gobierno firmadas el año anterior. La crisis política se profundiza en el gobierno y por medio del Senado (que ya hervía con sus divisiones internas) el gobierno no tiene más remedio que entregar  la cabeza de la ministra de educación el día 9 de mayo. La movilización se la lleva puesta.

Pese a un discurso más moderado y conciliador, el nuevo ministro se enfrenta ahora a una profundización  de las demandas y reivindicaciones, y a una movilización que lejos de apaciguarse, los estudiantes llaman a redoblar. Es allí donde el intento de generar expectativa con el cambio de rostro fracasa, lo que queda expresado en el comunicado que los estudiantes hacen llegar a la prensa y a todo el pueblo:

“Nuestro total disgusto y desacuerdo con la posición que ocupa la Educación Paraguaya en la lista de prioridades del Presidente de la República, Horacio Cartes, debido a su viaje al exterior en un momento tan crítico y crucial para el País.”  Y agrega:

“Nuestras reivindicaciones de carácter innegociable son:

“1- DEROGACION de la Resolución 4613 que reglamenta la conformación de Centros de Estudiantes y la APROBACION de la propuesta presentada por las organizaciones estudiantiles el 23 de octubre del año 2015.

“2- DECLARAR EMERGENCIA NACIONAL en el ámbito de la infraestructura a las instituciones educativas en estado crítico

“a. La Reforma Educativa y Reingeniería del Ministerio de Educación y Cultura.

“b. Incremento gradual del Producto Interno Bruto (PIB) destinado a educación.

“c. Formación Docente.

“d. Almuerzo Escolar.”

“Hacemos un llamado a todos los compañeros Secundarios y Universitarios del sector público y privado; a los padres, docentes, y directivos a sumarse a esta CAUSA NACIONAL.

“INSTAMOS a todos los colegios del Paraguay a seguir movilizados. “Nos declaramos en PARO INDEFINIDO hasta que el Presidente de la República y el Ministro/a de Educación en reunión con los estudiantes firmen la carta de compromiso y den una respuesta concreta a esta problemática que afecta a todos”.“¡Cuando la tiranía es Ley, la REVOLUCION ES ORDEN!”

El miércoles 11, regresó Cartes a Paraguay y junto con el nuevo ministro, firmaron íntegramente la lista de demandas. Más que un acuerdo fue una imposición, que los medios de aquí solo se animaban a decir que renunció la ministra de educación de Paraguay  y nada más.

El retroceso de la burguesía es un evidente fenómeno producto de la iniciativa de los pueblos. Pero la esencia, lo fundamental de ese retroceso, es el avance de los pueblos en ir por lo suyo y esto se codea cada día más con la necesidad de una revolución.

Expresa sin más que así no se puede seguir. Aun a pesar que la burguesía miente en todos los acuerdos y aun a pesar de sus costos políticos, no puede evitar que los pueblos avancen y aspiren a superiores condiciones de vida; y que la revolución aparezca cada día como una necesidad vital.

El reformismo y el populismo, que no se cansan de hablar de la utopía de la revolución socialista, se olvidan descaradamente que es utópico seguir viviendo bajo estas condiciones que ha llevado no sólo la educación sino al conjunto de las condiciones de vida a una mínima expresión. A un estado de mínima subsistencia que no se puede congeniar ni conciliar con la necesidad de avanzar a condiciones de vida digna, sin destruir por medio de una revolución el sistema social que ha llevado a los pueblos a las ser soportes de la maquinaria de explotación y miseria que es el capitalismo.

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