Aunque el capitalista esté todo el día en la fábrica o empresa, haciendo su “trabajo” de administrar y cuidar su capital, no produce absolutamente nada.
En una de sus últimas apariciones públicas, nuevamente, el presidente Macri volvió a cargar contra los trabajadores. Cada vez que tiene una oportunidad, no puede evitar “mostrar el hilo” de la clase de donde proviene: nunca una palabra contra los empresarios, siempre son los trabajadores los que deben poner el hombro para que el país salga adelante. Para hacer posible que las inversiones se realicen, los trabajadores deben dejar de “molestar” con sus derechos y aceptar las condiciones que los inversores deseen.
Repetido discurso de la burguesía que con este gobierno termina siendo una letanía. Ahora Macri trae al recuerdo a Perón, cuando dijo: “por lo menos cada argentino tiene que producir lo mismo que consume, como un parámetro mínimo».
Uno de los mayores exponentes de la burguesía del siglo XX, creador de un movimiento político que promulgó siempre la conciliación de clases (en la que obviamente la burguesía tenía el mando), Perón dijo esta frase y Macri la repite sin más desde el sentido común burgués, que afirma que todas las clases sociales producen, y se mete en un “berenjenal”; porque si la burguesía debiera consumir lo que produce, no podría consumir absolutamente nada porque no produce absolutamente nada.
El capitalista es así llamado porque es el propietario del capital. El capital no es nada más que trabajo acumulado; por lo tanto lo que posee el capitalista es el trabajo acumulado del que se ha apropiado. El capitalista no ha producido nada sino que se apropiado de lo que otros han producido.
Por otro lado, lo único que genera riqueza es el trabajo humano que transforma las materias primas en productos elaborados. Este trabajo lo hace el proletariado que es la clase que no tiene otro medio de subsistencia que, justamente, trabajar, producir.
El sentido común burgués (lo que no es otra cosa que la mentira que la clase dominante monta para ocultar su dominación) afirma que el capital genera más capital. Los medios de producción (la tierra, los edificios, la maquinaria, etc.) pueden instalarse en tal o cual lugar; ese capital invertido necesita indefectiblemente de la fuerza de trabajo humano para producir más capital, de lo contrario sería un capital muerto. Esa mano de obra la provee el proletariado, en todos los casos. Aun cuando la tecnología y la robótica suplanten mano de obra humana, es ésta la que transforma y la que produce obteniendo por ese trabajo un salario que es una ínfima parte de la riqueza obtenida; el resto, es lo que se apropia el capitalista acumulando nuevos capitales.
Aunque el capitalista esté todo el día en la fábrica o empresa, haciendo su “trabajo” de administrar y cuidar su capital, repetimos, no produce absolutamente nada.
De allí que nuestro partido haya adoptado como una consigna propagandística, tomada de un partido comunista hermano, “Si todo lo producimos, todo lo decidimos”.
Por lo tanto, la frase de Perón recogida por Macri, es una de las tantas frases que la burguesía repite pero que, como vemos, en una escupida al cielo que los moja.
Los revolucionarios debemos explicar estas cuestiones teóricas y políticas a los obreros y pueblo en general, sin ningún tipo de subestimación ni oportunismo. Son estos principios básicos que las masas deben conocer para respaldar la lucha revolucionaria.