La mujer, doblemente explotada y oprimida

En este tiempo de auge de masas, de continuas y nuevas luchas que se desarrollan en nuestro país y en el mundo, los trabajadores y el pueblo con una experiencia ardua en la lucha por una vida digna nos disponemos una vez más a dar pelea. Y en ese sentido, la violencia que se ejerce sobre la mujer no está separada de la violencia que el sistema ejerce sobre todo el pueblo trabajador.

Sin embargo es necesario expresar que la mujer sufre una doble explotación; ésta no es una simple frase que suena fuerte sino que está cargada de mucha verdad; es cierto, quizás sean distintas las realidades que sufre cada mujer, pero detrás de todas existe un enemigo común: EL SISTEMA CAPITALISTA.

Millones de nosotras, en las fábricas, en los hospitales, en los servicios públicos, jugando un papel importante en la educación, padecemos la explotación, el maltrato, el abuso y tantos otros, pero siempre generando más y más plusvalía para el patrón. En condiciones muchas veces inhumanas, en muchas otras siendo tambien el sostén del hogar, las mujeres asalariadas no recibimos igual trato que el hombre. Las estadísticas puntuales que da la misma burguesía (imaginemos como serán los reales) en el diario La Nación del 19 de octubre de 2016, no dejan lugar a dudas:
En nuestro país, un país industrial:

  • La relación entre hombre y mujer con respecto al trabajo, en relacion directa con la producción : hombre: 63%, mujer :42 %, sumado a que sufre el desempleo 10% más que el hombre.
  • En los puestos de producción recibe una remuneración 33% menor a la del hombre por la misma tarea realizada
  • 1 de cada 5 asalariados tiene relación directa con la producción y en esta cifra la mujer ocupa el 9% de los puestos de trabajo.
  • No ocupa puestos relevantes excepto en educación; en laboratorios 12% más que los hombres y 11 % menos en energeticos, y así podríamos hacer una extensa lista en cuanto a lo que a igualdad se refiere.

La mujer no es sólo una mercancía a la hora de vender su fuerza de trabajo para sobrevivir sino que tambien es considerada en el ámbito familiar como una mercancía mas : «la maté porque era mía» (así es la propiedad privada llevada al terreno de las relaciones humanas). Las mujeres tenemos que criar a los hijos, sacar la casa adelante y demás… a eso debemos sumarle que una madre debe cumplir las 8hs diarias de trabajo y en muchos casos viajar 3 horas para poder llegar
a su trabajo. Abrumadas por una rutina insoportable que ni siquiera nos deja tiempo para el ocio (tan mal visto por este sistema), algo tan necesario para llevar una vida plena y sana, sufrimos por no poder estar presentes acompañando como quisiéramos el crecimiento de nuestros hijos.
Maltrato en el ámbito familiar, cacería de niñas sistemática para las redes de trata de personas, desigualdad de derechos laborales, mandatos culturales de cómo debemos ser buenas madres y mujeres obedientes, son muchos los aspectos que coinciden en un solo grito surgido de los más profundo de la comunidad, generando un punto de unidad indiscutible: BASTA DE VIOLENCIA!
Pensamos que no hay solución de fondo a este problema en el marco de este sistema, que en esencia es violento, y lo es cada vez más crudamente con todos nosotros y en especial con las mujeres. Sin embargo sabemos que debemos organizarnos desde abajo, no sólo las mujeres, sino involucrar también a nuestros hijos, a nuestros compañeros de vida a nuestros compañeros de trabajo. La violencia hacia las mujeres no es un problema solo de mujeres, es un problema de toda nuestra sociedad en su conjunto. Y los mecanismos con los que nos podamos proteger, con los que podamos cuidarnos tanto de un hombre que golpea, como de las combis que vienen por nuestras hijas, son en esencia de autodefensa, en definitiva, el pueblo organizado y movilizado resolviendo sus problemas.
Desde estas experiencias bien pegadas a las necesidades concretas, y en un llamado a la unidad de todo el pueblo trabajador para transformar revolucionariamente nuestra sociedad, para dejar de ser mercancías a la venta por un salario, para ser hombres y mujeres con derecho a un desarrollo pleno, consideramos que la lucha compañeros es netamente política.

A LA MOVILIZACION Y EL PARO DEL 8 DE MARZO LE DAMOS UN CARACTER DE CLASE, DE CLASE OPRIMIDA Y EXPLOTADA, DE MUJERES QUE DENTRO DE ESTE SISTEMA ALZAN LA VOS PARA REBELARSE Y PONER EL CUERPO A ESTA PELEA…

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