En estos momentos de mucha movilización, de profundización de la lucha, de saltos y algidez política, es cuando mayor penetra la ideología revolucionaria, la comprensión de la necesidad de la revolución, de un cambio de raíz para que realmente gocemos de una vida digna. Esto comienza a manifestarse en el abajo, en la organización autoconvocada, en la rebelión de las bases, en la democracia directa y deliberativa.
Con poco margen de maniobra, la burguesía y sus secuaces van a intentar cualquier iniciativa para distraer -sean otras caras, otros rumbos-, para llenar los espacios vacíos que le dejemos, que dicho sea de paso, hoy son pocos casi nulos, pues luego de los las movilizaciones de la semana pasada (ver en esta página Tres jornadas que conmovieron a la sociedad). El auto reflejo de las masas fue –y será por un tiempo prolongado- ir por más, no dejarlos gobernar, es nuestro momento.
Con poco margen de maniobra, la burguesía y sus secuaces van a intentar cualquier iniciativa para distraer -sean otras caras, otros rumbos-, para llenar los espacios vacíos que le dejemos, que dicho sea de paso, hoy son pocos casi nulos, pues luego de los las movilizaciones de la semana pasada (ver en esta página Tres jornadas que conmovieron a la sociedad). El auto reflejo de las masas fue –y será por un tiempo prolongado- ir por más, no dejarlos gobernar, es nuestro momento.
Es necesario que los revolucionarios juguemos el papel que demanda el momento político al que asistimos.
El estado de ánimo pide más audacia, más profundización del enfrentamiento, más política, más ideología revolucionaria.
Fueron muchos años de trabajo político, de movilizaciones, buscando este salto político, donde las bases rompan los marcos que el sistema imponía: sus leyes, sus tiempos, sus representantes. Años en que el pueblo fue afianzando las prácticas independientes, lejos de las tutelas de falsos representantes, pero que en su forma embrionarias fueron tapadas por los medios, por las “grandes movidas” de organizaciones dependientes económica y políticamente del Estado, pendulares según el arreglo.
Fueron muchos años de trabajo político, de movilizaciones, buscando este salto político, donde las bases rompan los marcos que el sistema imponía: sus leyes, sus tiempos, sus representantes. Años en que el pueblo fue afianzando las prácticas independientes, lejos de las tutelas de falsos representantes, pero que en su forma embrionarias fueron tapadas por los medios, por las “grandes movidas” de organizaciones dependientes económica y políticamente del Estado, pendulares según el arreglo.
Hoy, lejos de eso, lo que florecen son nuevas prácticas revolucionarias, pues comienza a separarse la paja del trigo, lo independiente y revolucionario de lo viejo y dependiente, la unidad y la solidaridad rompen con los marcos impuestos por rama, por sector, etc.
Cosecharás tu siembra dice la frase, y así se están dando las cosas. La lucha de clases de pone al rojo vivo y siempre a favor de la revolución.
Cosecharás tu siembra dice la frase, y así se están dando las cosas. La lucha de clases de pone al rojo vivo y siempre a favor de la revolución.
Pero bien sabemos que ello no es garantía sino asumimos nuestras tareas urgentes.