La marcha docente del 6 de marzo, la de la CGT donde se les cayó el palco a los gordos el 7 de marzo, la movilización de mujeres el 8 de marzo, la marcha federal docente más grande, quizás de la Historia, el 22 de marzo donde se movilizaron padres, docentes y alumnos; y la descollante movilización de este 24 de marzo, son los diferentes fenómenos de un todo que se agregó como un componente de gala que manifiesta lo profundo y contundente que viene expresando la lucha de clases a lo largo y ancho de todo el país.
Innumerables conflictos que se ganan o se pierden; miles de manifestaciones en los más diversos rincones del país, hasta las de carácter nacional como la lucha docente, han erosionado el poder de los monopolios, y el pueblo se ha puesto de pie para enfrentar los planes de la burguesía que pretende disciplinar con el único fin de reducir la masa salarial y que los monopolios puedan avanzar en sus planes de hambre, miseria y súper explotación.
No fue un 24 de marzo más. Fue un 24 de marzo que le agrega un aporte cualitativo a todas las luchas de nuestro pueblo donde fundamentalmente, si algo queda claro, es que esta democracia burguesa o plutarquía (mejor dicho) no solo está en el banquillo de los acusados sino que es avasallada por las aspiraciones de nuestro pueblo que gana terreno en el sostenimiento de las libertades públicas y políticas que les cercenan al poder los caminos represivos si pretenden frenar las luchas por esos medios. En Argentina, por motivos políticos o sociales, no hay espacio para matar; y el plan que tienen y sus objetivos sin represión es inviable.
Están en un problema de difícil resolución por eso la burguesía toda, al unísono, ladra con lo de la ingobernabilidad. El único camino que les queda es la mentira y la división, por ello no es casual que meten por la ventana debates tan inverosímiles como absurdos de la cantidad de desapariciones (como si un número definiera si es genocidio o no), donde facciones de la misma burguesía se prenden como abrojo para hacer un juego falaz con aspiraciones oportunistas y electorales insultando la conciencia de nuestro pueblo.
El árbol de la súper estructura burguesa y sus disputas electorales no puede tapar el bosque de las masivas movilizaciones y la tenaz y enérgica lucha de nuestro pueblo.
Este 24 de marzo pasó y ya el próximo lunes las masivas movilizaciones por barrios y por escuelas se reanudarán, al igual que tanta otra cantidad de conflictos que embravecerán la tormenta aún más.
Y así, una lucha tras otra se irán retroalimentando donde ya existen factores nuevos que en su esencia son profundamente revolucionarios. Las bases cuestionan todo y ya la rebelión está en marcha, le pese a quien le pese, donde en todos los sucesos que se están viviendo en nuestro país viene sonando el aluvión de la democracia directa y la aspiración, con ello, de una salida de fondo, un cambio que nuestra clase obrera y el pueblo intuye y puja para que surja.
Ayer las organizaciones movilizaron, algunas con mayores expresiones, otras con menores, pero el contenido se lo puso los cientos de miles de hombres, mujeres, jóvenes, familias, que fueron por su cuenta o con sus agrupaciones de base, sectoriales, diciéndole al poder: ¡Presten atención, estamos dispuestos al enfrentamiento!
Nuestro Partido no estuvo ajeno. Participó con una militancia entusiasta por lo que se estaba viviendo, y la receptividad a nuestra propaganda revolucionaria fue extraordinaria. Así, en diferentes lugares como Rosario, Chaco, Córdoba, Mendoza, Neuquén y otros, donde flamearon nuestras banderas conscientes que la necesidad urgente es el surgimiento de una alternativa revolucionaria como la tarea del momento, cuya ausencia es lo único que sostiene a este sistema putrefacto y decadente, al tiempo que tenemos la plena convicción que están dadas todas las condiciones de un nuevo tiempo revolucionario. Hoy, nuestro pueblo, así nos lo demuestra.