La burocracia sindical hizo su jugada dejando “a criterio” y decisión de los docentes la continuidad del paro. Esa postura política bien definida, que intentaba desmovilizar para quebrar el paro, lejos de eso, lo que hizo fue potenciar a las bases a continuar la lucha y también fue un reconocimiento de los propios gremios que han sido superados por las bases. Hoy, el 80 % de los docentes siguen de paro.
Rompiendo con las prácticas burocráticas de paros domingueros, esta lucha cada vez crece en su participación y protagonismo. Por citar un ejemplo: en La Matanza, los docentes están realizando en promedio 40 actividades por día en distintas escuelas, rutas, plazas, terrenos baldíos, que van desde bocinazos, choriceadas, radios abiertas, volanteadas, mateadas, etc. Todo de cara a la comunidad educativa, quienes participan activamente, colaborando y debatiendo, sumándose a los reclamos en conjunto, pues se da que en las escuelas no hay cloacas o se corta la luz… lo mismo que pasa en los barrios.
A esto hay que sumarle los aportes que reciben de parte de los comerciantes, las mesas, bancos, baños y agua caliente que les prestan las sociedades de fomento o centros de jubilados para realizar las actividades.
Todo esto se da con un condimento especial y el más importante: las bases docentes -a falta de una representatividad sindical combativa y consecuente- lejos de esperar a que el gremio se ponga al frente (o el más probable) que venda la lucha, se pone al frente de la misma, haciendo un ejercicio no sólo de protagonismo sino también de dirección.
¿Será por esto que los medios se desesperan por meter falsas divisiones entre padres y docentes? ¿Será por esto que el gobierno está descontando los días de paro? ¿Será por esto que los gremios siguen intentando desmovilizar?
Las asambleas que se están dando finalizadas las actividades, que se dan en las escuelas, son las que van carcomiendo a los falsos representantes, tomando los trabajadores de la educación la dirección del conflicto y dejando decisión de los protagonistas su continuidad y rumbo.
Más allá que si esta semana se levanta o no el paro, lo que está claro es que se están clavando estacas muy importantes, que son esos lazos que no se rompen, por haberse cruzado en las calles en una misma lucha, levantando una bandera, compartiendo un mate, una charla y los anhelos de una vida digna. Son estacas de organización que se sostienen y crecen en el tiempo y que se van poniendo a disposición frente a cada situación que así lo amerite.