Las grandes gestas que están dando los trabajadores cordobeses están sustentadas por un reverdecer de luchas políticas independientes de la tutela burguesa y embrionarias formas de unidad de la clase por fuera de todo juego electoral burgués.
En el mientras tanto la gobernabilidad que necesita la burguesía monopolista para llevar a buen puerto sus negocios hay que golpearla sistemáticamente.
¡No hay ni habrá tregua!
¿por qué el gobierno no puede tapar el sol con una mano?
Porque detrás de cada ley, decreto o resolución en favor de los monopolios aparece el dolor, cansancio y rebeldía del explotado y oprimido. Por estas horas se acentúa la bronca por firmas de paritarias escandalosas cuando las aspiraciones son muy superiores.
Las aguas se dividen con más claridad y nuevamente transitamos una semana caliente en la calle. La disputa se traslada al terreno propicio de la lucha.
Son embestidas que se sostendrán en el tiempo, una y otra vez los reclamos se harán sentir con dureza, así las cosas la gobernabilidad trastabillará también una y otra vez.
La burguesía necesita que las Instituciones del Estado funcionen, fundamentalmente en el plano electoral. Ese terreno político es el que eligieron y es el que les sienta bien a un gran arco de sectores monopolistas y otro tanto de oportunistas.
Pero la vida que adquiere la lucha de clases es mucho más compleja para pretender encorsetarla en un acto electoral. Millones de hombres y mujeres de nuestro pueblo caminamos por otro andarivel. El agobio al que estamos sometidos provoca ira, un verdadero piso para golpear las “verdades absolutas” del poder desde las Instituciones.
Para los revolucionarios hablar de ese piso no es poca cosa, en todo caso aparece el ¿qué hacer? en una coyuntura especial de extensión de la bronca, de la lucha y la movilización.
Advertimos que para entender estos días no hay que ir muy lejos, las movilizaciones de un marzo caliente, millones en las calles, el golpe político de nuestro pueblo contra la Corte Suprema y todo el arco institucional de la justicia burguesa, las sendas manifestaciones de ¡Ni una menos!, han sido corolario de meses anteriores de broncas que se expresaron masívamente por fuera de toda institucionalidad burguesa y que se fueron acumulando cuando en cada hogar, en cada sector de trabajo, en cada aula, etc. se intensificó el descontento contra la inflación, que la plata no alcanza, la inseguridad, los cortes de luz, los cortes de agua, los despidos. Las grandes expresiones son hijas de miles de expresiones tanto movilizadas en las calles como de descontento.
Las expresiones de hoy ya no son las de marzo, abril o mayo, vienen de esas fuentes, pero no son las mismas, aquí se están engendrando abiertamente procesos de unidad organizada desde el enfrentamiento y por otro lado aparece nítidamente el corte entre la institucionalidad burguesa y la institucionalidad asamblearia de los trabajadores.
Sobre esas bases los revolucionarios estamos trabajando por la unidad política de nuestro pueblo en el terreno del enfrentamiento al gobierno de los monopolios. Muy lejos de cualquier acto electoral, entendemos que por estas horas la lucha encabezada por los choferes de Córdoba está yendo en ese sentido, ha clavando estacas de políticas independientes de los trabajadores que expresan claramente que de lo que se trata es pararles el andar político al gobierno que pretende achatar la masa salarial con más productividad y provocar un diciplinamiento a los trabajadores y a todo el pueblo.
Hoy, es pararles la mano en ese terreno político a la vez que, en simultáneo, se vayan creando las organizaciones independientes de los trabajadores que pongan sobre la mesa los puntos salientes que ya trasciendan los reclamos políticos y reivindicativos por los cuales llegamos ya a este piso de acumulación, y que además pretenda disputar a la clase dominante en todos los terrenos el nuevo poder hacia un nuevo Estado.
Por estas horas, incrementar la movilización que a la vez nos permita elevar el enfrentamiento político a este proyecto a sabiendas que en todas partes el descontento se intensificará, tenderá a la unidad de los explotados y oprimidos. Será un golpe por golpe a las Instituciones burguesas, pero es allí en donde no deberemos subestimar que en esos golpes pequeños o grandes hay que fortalecer, organizar, las fuerzas propias independientes de los trabajadores y el pueblo.
La política independiente es revolucionaria en la medida que golpee al actual proyecto burgués y a la vez acumule en dirección de la lucha por el poder.