El año 1995 no había sido fácil para nuestro Partido, pero en vida de Amilcar, “El Viejo”, fuimos a un Congreso decisivo, retomamos un principio básico de nuestra estrategia de poder: el Partido a la clase obrera industrial, una resolución en el marco de una feroz lucha ideológica y en una ofensiva de la clase dominante por hacer “desaparecer” de la faz de la tierra todo vestigio proletario.
Ese Congreso no fue uno más, marcó un momento en donde comenzaría a delinearse un pensamiento y una acción cualitativamente distinta a todo lo que se venía haciendo en épocas muy duras de la reconstrucción partidaria.
Como Secretario General del PRT, “El Viejo” supo liderar la reconstrucción partidaria, una tarea histórica que siempre reivindicaremos. Pero si algo faltaba a ese complejo momento, era demostrar la vigencia del Marxismo Leninismo aplicado a la política, a la táctica. Con Amilcar, nuestro Partido comenzó a asimilar gestas tan importantes que abundaron en la metodología y la concepción autoconvocada, cuando diversidad de levantamientos populares se realizaban al margen de las instituciones burguesas. Supo entender la peculiaridad de una nueva época.
Hoy , cuando las clases se enfrentan sin tantos velos y fantasmas, esa labor que apuntaba a enraizar las ideas de revolución, comienzan a brotar y extenderse, homenajeando a un revolucionario que le tocó actuar cuando todo aparecía como imposible.