Situada en el parque industrial de Zárate, provincia de Bs. As., se encuentra una de las plantas de Papelera del Plata, donde trabajan más de 1.100 compañeros, que vienen dando pelea para defender su convenio colectivo de trabajo.
En los últimos meses, la empresa asumió una ofensiva para que los trabajadores perdamos derechos, descargar el ajuste sobre los laburantes y quebrar la organización y unidad es el objetivo que persiguen.
Reducción de puestos y personal, elevar la productividad, que los feriados sea obligatorios trabajarlos, son solo algunas de las condiciones que la empresa pretende imponer.
Ante esta situación, fuimos profundizando el enfrentamiento y se fue frenando y denunciando la voracidad de la empresa. Es en este marco que se da el último conflicto el miércoles 30 de agosto, donde la empresa, falseando, despidió y saco a la calle a 26 compañeros.
La respuesta contundente no se hizo esperar y, asamblea mediante, se decide un paro de actividades, que se extendió durante seis días, realizando cortes en la rotonda del parque industrial y recibiendo la solidaridad de trabajadores de distintas empresas de la zona, que también vienen dando pelea contra la iniciativa de las grandes empresas de flexibilizar los convenios.
La tenacidad y fortaleza de los trabajadores obligó a la empresa y al ministerio de trabajo a sentarse a discutir. Allí se dictó la Conciliación Obligatoria, logrando la reincorporación de los compañeros, pero la lucha continúa. La empresa comenzó a desmontar dos líneas de producción y mantiene a los reincorporados en un aula, separados del resto de los trabajadores.
Como decía un compañero: «La fábrica insiste con despedir a los 26 compañeros tras la conciliación obligatoria, algunos de ellos con 20, 23 años de antigüedad. Nosotros queremos que las reubiquen y vamos a seguir en estado de alerta»
Y estamos convencidos que así será. Por muy temerosas que parezcan las iniciativas actuales de la empresa para con los 26 trabajadores que pretende despedir, la repercusión de la acción directa ejercida por la asamblea los hizo retroceder.
Es que cuando los trabajadores de una fábrica de esta envergadura se plantan con métodos democráticos de organización y consiguen llevar el conflicto al resto del parque industrial, tienden de esa manera puentes de unidad hacia el resto de la clase.
Precisamente a eso le temen los grandes monopolios, a que el ejemplo de los trabajadores de Papelera del Plata sea tomado por los trabajadores de las empresas de la zona.
Y lo que menos quiere el gobierno y las grandes empresas es que esos ejemplos de lucha genuina se multipliquen y unifiquen a la clase obrera, como ya está sucediendo en los principales parques industriales de nuestro país.