El gobierno baja la inflación disminuyendo el ingreso de los trabajadores y el pueblo

La semana pasada el INDEC publicaba los índices de inflación del mes de setiembre. El gobierno difundía con profusión que la inflación había bajado y que ésa es una tendencia que se va a ir profundizando.

El resto de la burguesía se manifestaba complacida, aunque las distintas expresiones políticas, en medio de la campaña electoral, trataba de no prenderse en el exitismo para no darle sustento al partido del gobierno.

Los medios masivos de comunicación, sobre todo los afines al gobierno, mostraban alegría en sus comentarios y ligaban el fenómeno a la próxima llegada de los capitales que tanto ansían los defensores del sistema al que no reconocen atravesando su fase decadente, moribunda y final en términos históricos. Según ellos, esos capitales son la base necesaria de un futuro y seguro bienestar para toda la población. ¡Pero los capitales no dejan de venir y llevarse ganancias con la bicicleta financiera que rueda a aceleradísimas revoluciones por minuto! Los capitales los rifa el gobierno por esa vía y por vía de los préstamos que abultan en forma terrible la deuda del Estado. La búsqueda de ganancias fáciles y rápidas de esa bicicleta financiera, además, va a promover más inflación ya que los grandes porcentajes de ganancia no tienen respaldo material y producen burbujas que explotan indefectiblemente.

Los diarios daban cuenta que fondos de inversión daban mayores intereses que las famosas LEBACS.

Lo que no dicen, omiten, niegan, esconden es que la inflación se baja haciendo disminuir los ingresos de los trabajadores y pueblo en general. La inflación no es una causa sino un efecto. La causa es el sostenimiento de la cuota de ganancia. Ése es precisamente el proceso que viene llevando la burguesía y que el actual gobierno ha intensificado, no al ritmo que quisieran, debido a la fuerza que les opone la lucha de clases de los trabajadores.

El punto central del problema radica en que la inflación no es una peste que cae del cielo sino que se origina en el aumento generalizado de los precios debido a que, por la debilidad política crónica que sufre la burguesía es imposible imponer medidas profundas de baja de la masa salarial en forma generalizada y abarcando distintos aspectos a la vez.

El advenimiento del nuevo gobierno les dio mayor plafond para encarar decididamente dicha baja de la masa salarial y así lo están haciendo. No sólo a través de aumentos enormes de tarifas, servicios, presión impositiva insoportable, salario mínimo escandalosamente por debajo de la canasta familiar, porcentajes en paritarias menores a los índices de inflación, mayor productividad, baja de convenios salariales de distintos gremios que le servirán como punta de lanza para sus planes de intentar bajar a todos los demás, e incluso, suprimirlos. Eliminación de gratuidad en los medicamentos y otras prestaciones a los jubilados de PAMI, discusión de una nueva ley de jubilaciones para dejar sin protección a una mayor franja de adultos mayores, proyecto de la nueva ley de educación para mano de obra gratuita y joven que presione a la baja sobre el salario de los activos, proyecto de centralización de las obras sociales en una sola obra social nacional bajando así los servicios hasta llevarlos al nivel de atención de hospitales devaluados y sin posibilidades de atender a todos los pacientes en grado sumamente inferior al que actualmente tienen, etc.

Es cierto que la inflación es un cáncer para el bolsillo del trabajador y del pueblo, pero cuando la burguesía es la que propone las soluciones para bajar la inflación, el remedio es peor que la enfermedad. Porque todos los esfuerzos de esa clase parásita no está orientado más que a mantener su cuota de ganancia intacta. A ellos también les interesa bajar la inflación y apuntan todos sus dardos a lograrlo, ya que los precios de sus mercaderías quedan por fuera de la competencia. Pero las soluciones que practican van siempre en contra de los trabajadores y pueblo laborioso. Es decir que, si con la inflación obtienen un porcentaje determinado, frenando la inflación pretenden seguir manteniendo el mismo porcentaje de ganancia por el capital invertido. Y eso sólo es posible bajando la masa salarial de todos los trabajadores y los ingresos populares llevando a cabo la batería de medidas que describimos anteriormente, porque el salario se baja a través de distintas facetas.

Por eso, nada puede esperarse del actual gobierno ni del que venga. Las falsas expectativas sobre el proceso electoral y la incorporación de nuevos diputados y otros cargos provinciales y municipales no son más que fuegos artificiales para confundir, mostrar brillos en donde no los hay.

Sus soluciones siempre van a practicarse en contra de los intereses de trabajadores y pueblo oprimido, por eso a la burguesía y sus gobiernos de turno no queda otro camino que enfrentarlos contra todas sus políticas, no dejarlos gobernar, unir todas las fuerzas posibles contra sus proyectos de disminución de nuestras condiciones de vida para sostener ellos sus porcentajes de ganancia.

Buscar un camino de solución en nuestras propias manos y generalizar nacionalmente la conducta política y organizativa que estamos expresando en cada lucha en las fábricas, empresas, reparticiones públicas, barrios, escuelas y universidades, mediante las asambleas, la democracia directa y nuestra toma de decisiones sin pedir permiso a ningún zángano ya sea que se vista de empresario, gobernante, gerente sindical, puntero o lumpen al servicio de los monopolios. Nosotros, los trabajadores y el pueblo somos la savia indispensable que alimenta cada una de las venas de este país.

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