Como una guerra que nos ataca por cielo y tierra

Del Boletín de los trabajadores aeronáuticos, EN MODO AVIÓN.

«En vuelo no todo es lo que parece. En el imaginario colectivo se ha impuesto una imagen sobre ésta actividad llena de glamour y fantasías de todo tipo. Es un hermoso trabajo para quienes lo hemos podido elegir y lo desarrollamos y lo tomamos como la profesión que es.

La aviación debería del una INVERSIÓN y no un gasto público.

Los empresarios y la clase política nos hacen creer que es inadmisible sostener éste gasto como público (ya que paralelamente necesitan acomodar sus negocios personales y al no poder hacerlo porque somos muchos los que entendemos y defendemos los intereses de nuestra soberanía) reducen los costos al máximo posible para que la empresa comience a tener conflictos, tanto con los trabajadores, como con los usuarios del transporte, para generar una baja en la imagen empresaria a través del “obligado incumplimiento” del personal por defender lo que les corresponde y así generar la excusa del «supuesto déficit», otorgándonos directamente la culpa para poder llevar a la quiebra y convocar a acreedores extranjeros para ser vaciada, como ya ha ocurrido en la lamentable  histórica Aerolínea de bandera, dejando sometido al pueblo argentino bajo el dominio de los capitales extranjeros…los mismos de siempre.

En primer lugar hablaremos del sector de VUELO. Los trabajadores que nos desarrollamos en ésta área a diario somos pilotos y tripulantes de cabina. Nos vemos terriblemente afectados y sometidos al recorte de los gastos públicos y a la precariedad sanitaria por los motivos que a continuación  detallaremos:

● Ahorran combustible haciendo volar más alto la aeronave, la presión de la cabina aumenta considerablemente junto con la radiación ionizante y la radiación cósmica, generando gradualmente en el organismo de los tripulantes cáncer de diversos tipos y tumores aberrantes, ya que el crecimiento se acelera más rápidamente acortando los tiempos de detección temprana, penetrando en nuestro ADN y rompiendo los átomos, deformando nuestro sistema celular, generando micro-quistes, nódulos, miomas, pudiendo transmitirse a través de las generaciones.

● Producto del mal descanso y la exposición y la alimentación sin derecho a corte, se producen desórdenes hormonales desde la insuficiencia de la glándula tiroides, glándula pituitaria, etc. Producto de elevar los niveles de adrenalina para contrarrestar el exceso de melatonina llevando a las hormonas a un inminente deterioro y posterior colapso, reflejándolo en los estados anímicos variables que de a poco se van incrementando cuanto mayor tiempo se reliza esta actividad.

● Problemas óseos, debido a que la presión expande las cavidades con espacios y las aumenta en volumen, siendo los huesos más propensos a esguinces y fracturas.

● Problemas circulatorios ya que la presión de la cabina y el tiempo que requiere estar de pie, genera várices y en algunos casos insuficiencia venosa crónica. Aneurismas, trombosis, hemorroides, deterioro del corazón al ser exigido a latir más rápidamente que al nivel del mar,donde las condiciones de la presión son otras para lograr regular el retorno venoso que el cuerpo necesita naturalmente y así llevar los niveles de oxigeno al cerebro.

● Gases tóxicos dentro de la cabina, de los cuales no quieren que se conozcan para no invertir y aumentar costos en una flota más moderna diseñada para evitar que el personal y los pasajeros viajen seguros y eviten consecuencias tales como intoxicaciones, migrañas, problemas respiratorios, daño ocular, fatiga, vómitos y trastornos del aparato digestivo, que nada tiene que ver con el mareo y se le suele adjudicar a la mala alimentación del catering aéreo.

Todo este sistema perverso en el que nos encontramos los trabajadores de vuelo nos lleva a tener graves problemas de salud generando discapacidades en  edades tempranas. Infertilidad, pérdida de memoria, fatiga crónica, depresión e irritabilidad, acompañados de cuadros psiquiátricos y en el peor escenario, la muerte, antes de llegar a poder jubilarse, dejando a los hijos en edades de escolaridad.

Las consecuencias podrían evitarse si se regulase y controlase sanitariamente nuestra fuente laboral.

Es importante que se comprenda que no es necesario trabajar en horarios inhumanos. Los vuelos nocturnos solo existen para optimizar la infraestructura y evitar su ampliación, abaratando los costos y siendo así más rentables a costas del esfuerzo de los empleados, convirtiéndonos en máquinas y explotando al máximo los aviones, primando el negocio antes que los seres humanos y la seguridad aérea; manipulando al pasajero y haciéndoles creer que el pasaje es más económico cuando en realidad las rutas menos rentables son realizadas en estos horarios para optimizar sus ganancias en las rutas más rentables. Los horarios nocturnos SON para descansar o mínimamente para hacer que el personal tome turnos mañana-tarde-noche, pero les conviene que sean rotativos para flexibilizar nuestro trabajo y que sea más productivo, ya que los descansos que tenemos evitarían ese aprovechamiento de recursos humanos y económicos. Por eso nos someten a horarios rotativos.

Si invirtieran en mas dotaciones, mas personal, y mayor infraestructura aeroportuaria, basamentos en provincias claves como Córdoba en principio, esto se evitaría.

PERO ESTO SE OPONE A LOS INTERESES DE UNOS POCOS. Sin contar que los vuelos hace 20 años abarcaban a una elite, y hoy es masivo, necesario y con mayores frecuencias. Por eso se encuentran al día de hoy queriendo modificar convenios y leyes, agravando aun más la salud de los trabajadores y con ello la seguridad aérea…

Hoy sale más barato costear un accidente aéreo, una demanda del personal, que invertir y garantizar las condiciones donde deberían hacerlo, por el simple hecho que somos seres humanos, trabajadores y argentinos, que por sobre todas las cosas queremos simplemente que sean garantizados nuestros derechos como nos corresponde.

En TIERRA es importante remarcar que los accidentes y enfermedades laborales podrían reducirse drásticamente si las empresas no nos vieran literalmente como bestias de carga, sin importarles nuestra salud y nuestras vidas, y la relación con nuestras familias.

Sería diferente si existiese inversión en infraestructura y equipos especializados, suficientes puestos de trabajo y mantenimiento, como así también un mejor ambiente preparado para optimizar nuestros tiempos de descanso.

Las tremendas consecuencias a las que nos vemos sometidos tanto física como mentalmente, como así también nuestra vida social y familiar, no sólo la padecen los trabajadores de VUELO.

Como una guerra que nos atasca por cielo y tierra, la ganancia patronal daña también a trabajadores de rampa, check in, hangares, cargas, tanto a efectivos como tercerizados.

Algunas de las problemáticas tienen que ver con los turnos rotativos, jornadas extensas, las excesivas cargas agravadas por la falta de personal y equipos, como mencionábamos anteriormente. El trabajo nocturno y los turnos rotativos afectan también nuestra salud y nuestras vidas.  Existen sobrados estudios que así lo demuestran.

Y por último, tanto por cielo como por tierra, denunciamos un factor importante a destacar: la violencia laboral y el maltrato. Los altos niveles de productividad a bajo costo son parte de la ya mencionada flexibilización laboral y trae aparejada con ella esa fuerte sensación de sentirnos cada vez más esclavos. Dónde somos no más que un número. Dónde no importa si un familiar ser muere o enferma, donde no importa si podes pasar las fiestas en familia, donde enfermarte puede traerte problemas».

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