Superganancias y democracia mentirosa

Dos noticias aparecidas en sendos medios periodísticos dan cuenta de los resultados de las políticas del actual gobierno. Las estadísticas que sirven de base a ambas informaciones, son de fuentes burguesas, dado lo cual, como siempre lo hacemos, aclaramos que las mismas no son muy confiables, pero a los fines de la nota que realizaremos sirven perfectamente pues nos permiten desarrollar la idea que queremos dejar expresada.

Una de ellas, (Ver diario El Cronista, 26-12-2017, nota de Julián Yosovitch) dice que en Argentina las acciones de empresas “ganaron más del 50% en dólares con avances que llegaron al 356%”. Detalla la nota que “el 2017 será recordado como un año en el que todos los índices bursátiles terminaron en terreno positivo. Es decir, más allá del mercado accionario en el que el inversor haya optado por invertir a comienzos de año, al final del 2017 habrá obtenido un retorno positivo en dólares. Pero aún cuando el mundo ofreció rendimientos más que atractivos, lejos están en términos de ganancias las acciones argentinas que mostraron un formidable avance a lo largo del 2017, ganando un 51,3% en dólares y 71,1% en pesos”. Para más datos, la nota muestra los resultados del Nasdaq, Dow Jones, el Dax Alemán, el CAC Francés, el Ibex de la bolsa de Madrid, promedio de las bolsas de los países llamados emergentes, promedio de las bolsas de los Brics. En todos los casos, las ganancias están muy por debajo de las obtenidas en nuestro país ya que, en promedio, las de aquí duplican, triplican, o quintuplican las demás.

Como frutilla del postre menciona la nota que las empresas que mejores resultados obtuvieron son: “Transportadora de Gas del Norte con alzas del 356%, seguida por Boldt, que sumó un 197% y Transener con una ganancia de 178%. En el sector financiero, Grupo Financiero Galicia ganó un 142% en dólares y Telecom, en el sector de telecomunicaciones, avanzó un 112% en 2017. Entre las que peor desempeño mostraron estuvieron YPF, que sólo subió 54,6%, Central Costanera con 54,5%, Siderar con 48,6% y Aluar con 42,5%.”

De por sí, es harto elocuente que:

  • Los capitales han obtenido ganancias que en el resto del mundo era imposible obtener.
  • El peor resultado obtenido por alguna empresa monopolista es al menos 50% superior al mejor resultado obtenido por alguna empresa en cualquier parte del mundo.
  • Se trata de acciones, capital de inversión, lo cual desmiente el hecho de que sólo el capital “volátil” (destinado a las Lebac, y otras letras o instrumentos financieros) obtienen ganancias enormes.
  • También desmiente que si a los capitales les va bien, a los proletarios y pueblo en general le irá mejor, pues desde hace tiempo, fundamentalmente durante todo este año, se implementaron medidas que significaron pérdida de poder adquisitivo, se han intensificado peores condiciones de trabajo y se ha disminuido la cantidad de trabajadores en cada unidad productiva. Además, a instancias del gobierno, el parlamento ha aprobado además la ley de saqueo a los jubilados, y la de ajuste fiscal con el argumento de que ambas son necesarias para “sanear” los resultados económicos que atraigan capitales que de otra manera no invertirían en nuestro país.

La otra nota publicada en el diario “Ambito Financiero”, también en el día de la fecha, menciona un informe de IDESA que afirma que el llamado “gasto público” viene aumentando desde hace 25 años situándose, al final de 2015, en el 45% de la cifra del PBI.

Tal como hacen siempre las estadísticas y análisis de las instituciones y escribas de la burguesía, dejan la puerta abierta para la confusión e inducen a ella. El título de la nota es “Preocupante: El Estado maneja mitad del PBI”.

Pareciera que, de los aproximadamente 650.000 millones de dólares anuales del PBI, casi 300.000 millones estarían destinados al gasto fiscal.

Pero veamos más profundamente: Los 650.000 millones son de propiedad de la burguesía y nada pertenece los trabajadores quienes percibimos sólo un magro salario. En cambio los casi 300.000 millones del gasto público son producto de los impuestos y otras cargas que el pueblo en su conjunto paga diariamente a través de IVA, impuestos encubiertos (como el caso del precio de las naftas), tarifas infladas por impuestos y subsidios a empresas, y otros saqueos con nombres variados.

La última medida denominada “reforma impositiva” aprobada por el Congreso, tiende a masificar aún más la recaudación impositiva que sale del bolsillo de los trabajadores y el pueblo, liberando de pagos, en la misma proporción, a las empresas monopolistas, con lo cual se profundiza el saqueo para el pueblo y se aumentan las ganancias para los monopolios.

Si relacionamos una con otra nota, tendremos una idea más acabada del despojo al que somos sometidos los trabajadores y los sectores laboriosos del pueblo.

Las mentiras y burdos engaños del gobierno y todas las instituciones estatales con sus expresiones políticas (oficialistas y oposición) contribuyen a sostener e inflar, porque nadie las desmiente, las argumentaciones que impulsan mayores ganancias para los capitales y disminución de ingresos para trabajadores y pueblo en todas las líneas.

Sobre esta base mentirosa está asentada la “democracia” que la burguesía, su Estado y las instituciones del sistema defienden. El olor pútrido del sistema es insoportable y su “democracia” es igualmente maloliente pues se basa en la terrible injustica que profundiza la brecha entre el destino de los ingresos para los dueños del capital y los ingresos de quienes producimos las riquezas, profundizando las contradicciones irreconciliables de clase entre la burguesía y el pueblo. La mendacidad es la soberana de la situación. El repudiado relato del gobierno anterior se cambió por otro relato diferente pero igualmente falso.

Destruir esta democracia falsa y repleta de cinismo agobiante sostenedora de los privilegios del capital que acortan y hacen imposible nuestras vidas no sólo es justo sino sumamente necesario.

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