Los monopolios productores de acero en EE.UU. festejaron el anuncio de arancelar un 25% y 10% las importaciones de acero y aluminio a ese país. Mientras las bolsas del mundo se desplomaban frente al anuncio de Trump, grandes monopolios como US Steel, AK Steel Holding Corporation, junto al gigante Arcerol Mittal festejaban la subida de sus propias acciones en más de 9% en la bolsa estadounidense. Al mismo tiempo que las propias acciones de Arcerol Mittal bajaban en las bolsas europeas por arriba del 3,6 %, en el clima de inestabilidad mundial la diferencia entre las ganancias de walstreet y las bolsas europeas le juega a favor. Frente a los anuncios de Trump esta gran corporación monopolista con sede en Europa ratificaba su política de inversiones tecnológicas en México que -según lo anuncia su directorio en noviembre del 2017-“ascienden a 3000 millones de dólares” con el finde multiplicar la producción de acero. El 80% de la producción de acero mexicano se utiliza en la industria automotriz, solo se exporta el 20% restante y de ahí solo una parte va a EE.UU.por ende el arancelamiento de Trump no la impacta significativamente allí.
Esta multinacional mantiene una agresiva política de concentración a nivel mundial y en esta coyuntura mundial principalmente en Europa. Además de la siderurgia instalada en Brasil, Argentina, México y demás países de nuestro continente, Arcerol Mittal ha venido concentrando empresas italianas, polacas y francesas, solo en España posee 11 fábricas con casi 10.000 trabajadores. Constituyéndose Europa como su centro de mando frente a la guerra por la concentración que ha desatado, ha instalado allí sus laboratorios, sus modelos logísticos, financieros y tecnológicos con el fin de ampliar la productividad de acero y minerales, que según lo afirman,busca aumentar “un 10% a nivel mundial” con las implicancias que ello tiene para la masa de trabajadores del sector.
La producción de acero y mineral de origen chino que inunda Europa y EE.UU es el enemigo en esta guerra intermonopolista. Los bajos costos y los precios más económicos de estas materias primas para la industria automotriz, construcción, marina, ferroviaria, petróleo, y la floreciente industria armamentística de ese origen constituyen el enemigo a vencer. Por ello Arcerol Mittal es el principal beneficiado con la decisión del bloque de la comunidad económica europea y de EE.UU de no reconocer a China como economía de mercado situación que ha provocando el desplome de las acciones de los monopolios chinos en las bolsas europeas durante 2016 y 2017. Decisión que ha obligado a los monopolios que explotan la producción mineral china a reducir el volumen de la exportación a Europa a cambio de obtener el preciado reconocimiento que le abriría más negocios multinacionales. Esta reducción ha permitido a esta Arcerol Mittal multiplicar sus ventas por más de 55.000 millones de euros agregando un 17% a sus ganancias, es decir sumando 3670 millones de eurosmás en 2017. Motivado por estos multimillonarios augurios, el 31 de enero de 2018 la corporación monopolista Arcerol Mittal en la voz de su principal Ceo se propone enfrentar los retos “sobre la capacidad y la competencia desleal que predomina en la industria siderúrgica”,de aquí a llegar a Trump y sus anuncios hay apenas 15 días de distancia.
La guerra intermonopolista por la apropiación y concentración de las ganancias es mundial. Dicho esto, poco tienen que ver las alocuciones nacionalistas que despotrica Trump contra el perjuicio de la industria nacional en su país. Por el contrario, sus arrebatos de ira contra las“deslealtades comerciales” descansan en la guerra intermonopolista mundial por la concentración de los recursos y las ganancias. Todos los discursos nacionalistas son pues enteramente oportunistas y encubren el hecho que sus impulsores son las distintas facciones del capital monopolista enfrascado en apropiarse de las mayores ganancias. Las guerras intermonopólicas son la causa de la inestabilidad y la crisis mundial.
El clima de incertidumbre es producto de ello, es decir, los negocios rápidos y los cambios repentinos que aparentemente realiza el mercado por arte de magia tienen una causa material y objetiva.
Las subas y bajas en la bolsa, las guerras comerciales, de los golpes de mercado, la inflación, etc. son las armas con las cuales la burguesía monopolista desata estas guerras hasta que el negocio resulte insuficiente para sostener sus ganancias, por ello sus negocios son de corto aliento, necesitan expandir la guerra intermonopolica para expandir sus ganancias.
Sin embargo, aunque, aparezca como el fenómeno más sobresaliente no es verdad que el mercado determina todo y que todo se da por el mercado. La guerra intermonopolista fundamentalmente se basa en como profundizar la explotación y las rebajas salariales para que por medio de estas condiciones ganar competitividad y plusvalía real y efectiva.
Apropiarse de esa plusvalía y de las fuentes productivas que las generan es la esencia de la lucha por la concentración y apropiación intermonopolista. Competir con los salarios chinos en Europa y américa tampoco es de largo aliento se dan en un marco de una cruenta lucha de clases donde las ventajas que se sacan unos a otros y las ganancias que se arrebatan entre si las condicionan las luchas de los trabajadores y los pueblos.