En el marco de una crisis política estructural de la burguesía monopolista, la clase dominante ha avanzado seriamente en instalar el techo de paritarias en el 15%.
El gobierno de Macri ha centrado su “fuego de artillería” en este objetivo central y para ello contó con un gran arco de apoyo político por arriba. Actuaron como clase. A pesar de estar enfrentados en una y mil rencillas por el control del poder político del Estado (lo que les permite ampliar sus ganancias) la burguesía actúo como clase dominante.
Con la complicidad del sindicalismo-empresarial, de ciertos sectores de la oposición parlamentaria, de gobernadores y de la prensa monopólica, han hecho de este objetivo el centro de sus políticas y actúan en consecuencia.
Utilizan el diversionismo instalando debates de todo orden; no importa si son o no son de interés de ciertos sectores de la sociedad. Utilizan la impunidad que les confiere el autoritarismo del Estado monopolista, desmadran los causes de una justicia cuestionada por toda la población, pero ocultan bajo siete llaves el centro del problema político: si el techo paritario no se sostiene en el 15%, los resultados de todas sus otras políticas se verán afectados de heridas de muerte.
Del otro lado de la barricada se intensifica la lucha política y reivindicativa de nuestro pueblo. Las luchas tienen contenidos mayoritariamente defensivos pero las mismas se enmarcan en la disposición de nuestro pueblo a no dejarse avasallar en ninguno de los frentes abiertos, que contemplan diversidad de cuestiones políticas, económicas y sociales.
Sin embargo al objetivo político de la burguesía para sostener el sistema, de poner el techo paritario en el 15%, hay que enfrentarlo políticamente y actuar como clase. Se trata de quebrar al gobierno y a la clase que representa la columna vertebral de su anárquico y crítico sostén político.
No dejarnos llevar por fuegos de artificio que desconcentren de la lucha política que debe enfrentar la clase. Allí se encuentra el eje fundamental para tomar la iniciativa política en el terreno en donde ellos han hecho pie con toda la complicidad de clase dominante.
En la medida en que se los ataque en “su terreno” se ampliará aún más la lucha política en todos los fenómenos que deja expuesto este sistema de dominación.
Se trata de que la clase obrera y los asalariados comiencen a dar pelea política rompiendo la barrera paritaria impuesta por el gobierno. En ello hay que concentrar esfuerzos que acumulen necesariamente en actuar como clase enfrentada a la clase en el poder. Entendemos que nada será fácil, pero se trata del centro de la lucha política que desmorone el proyecto burgués.
Las condiciones de vida irán empeorando día a día, la impunidad y el autoritarismo crean aspiraciones democráticas cada vez más amplias en todo el pueblo, pero la clase debe actuar como clase y golpear al corazón de los objetivos impuestos.
Se hace imperioso centrar los ejes políticos del enfrentamiento para que una buena parte de los reclamos vayan imponiendo de hecho la ruptura del techo paritario del 15%.
La transferencia de riqueza de la clase obrera y asalariados ya ha sido fenomenal, pero la moneda está en el aire porque en el plano político el deterioro del gobierno para sostener tal robo exige de la clase en el poder gran espalda de apoyo social.
Tal circunstancia está en las antípodas de lo que se requiere en el plano político, lo cual no priva mecánicamente que el gobierno tenga puestas “anteojeras” en donde sabe es exigencia de la oligarquía financiera instalar el achatamiento del salario como punta de lanza de todo lo que se pretende realizar como poder del Estado, en beneficio de la oligarquía financiera.
Entendemos -en síntesis- que la clase obrera deber romper el techo paritario para clavar una estaca en el corazón de este gobierno y en ello hay que poner toda la energía política y no dejarnos arrastrar por el diversionismo instalado que nos impone con gran antelación las elecciones presidenciales del 2019.
La clase debe actuar con independencia y en ello va para todas las fuerzas que se van construyendo, producto del estado deliberativo, del empeoramiento de las condiciones de vida y de la experiencia adquirida de nuestra clase obrera y de nuestro pueblo en tantos años.
Las metodologías son parte de esa independencia política y es con esas múltiples herramientas que se les puede y se les debe quebrar su iniciativa política en el terreno que más les dolerá.