Nuevas inquietudes en las avanzadas de la lucha

Como venimos señalando en varios artículos, la lucha y la movilización permanentes de nuestro pueblo es lo único que le pone piedras en el camino a las decisiones anti populares del gobierno de los monopolios.

La burguesía está sometida a tener que dar marcha atrás a sus aspiraciones y navegar entre vacilaciones y dudas, por el permanente NO de nuestro pueblo y su desconfianza a cada acto de gobierno.

Esa lucha de conquistas que llevamos adelante porque la burguesía se las rebusca para seguir dominando, se da en un marco de “toma y daca”, “golpe por golpe”, que se sostiene en el tiempo, pero que pone sobre la mesa nuevas inquietudes en las avanzadas de la lucha.

Cuando este fenómeno se va caracterizando por la presencia de políticas revolucionarias, se está abriendo camino la idea que la lucha dentro del sistema capitalista frena todo intento de mayor explotación y opresión, pero de lo que se trata es debatir un cambio de fondo, que ataque las causas de tanto dolor y falta de porvenir para las nuevas generaciones.

Somos muchos los que pensamos que las cosas así no van más y nos abocamos a entrelazar la lucha ya establecida con las ideas del cambio revolucionario. Porque nos “gobiernan” corruptos a favor de los monopolios, no hay institución del Estado que se salve. Ellos deciden a favor de las minorías y en contra de las mayorías. Concentran grandes masas de dinero en contra de un pueblo que lo produce todo y no tiene nada. Atacan al hombre y a la naturaleza por los negocios.

Todo esto que está patas para arriba es lo que hay que dar vuelta: que gobiernen las mayorías explotadas y oprimidas con todo el poder en sus manos para 40 millones de compatriotas, en contra de quienes traicionaron a la patria haciendo negocios a favor de unos pocos monopolios.

Y ese cambio es posible y es una necesidad, para terminar con décadas y décadas de sufrimientos, de seguir mendigando a un sistema basado en el saqueo al pueblo. De mentiras de gobierno tras gobierno…

La revolución de la que hablamos ya ha comenzado a rodar. No hay una fecha exacta ni un acto único que así lo indiquen, pero se ha echado a andar porque hemos encontrado una herramienta y una metodología que confronta con el parlamentarismo que promueven las minorías. La democracia directa, al estado asambleario, para emprender no sólo la lucha sino que además es la metodología más avanzada y democrática, para garantizar la participación de todo el pueblo en la administración del Estado.

Ese nuevo tipo de organización política y social es la que vamos experimentando millones, cada una con su característica, ya que no hay nada que inventar por fuera de la experiencia.

Desde éstas metodologías y herramientas que aparecen a diario en todo el territorio, va apareciendo la unidad política, es decir, nos vamos encontrando desde la lucha un conjunto de fuerzas capaces de mantener el estado de movilización, ya no sólo en contra del Estado de los monopolios sino a favor de un cambio profundo de las bases de la sociedad.

Miles de fuerzas desde las bases nos estamos encontrando, le estamos buscando la vuelta para ir materializando una salida real que nada tiene que ver con emparchar la actual crisis estructural del sistema capitalista, sino con su destrucción.

En este momento histórico el parlamentarismo es reaccionario por donde se lo mire. Votamos cada cuatro años para ver quién empuña el garrotazo que recibimos. A esto llaman democracia.

Por eso, en estos momentos de tensión como este, se hace necesario fortalecer todas las organizaciones de base con más democracia, más movilización, más lucha, más estado deliberativo y asambleario. Esas organizaciones que se están multiplicando por fuera de la institucionalidad son las bases del nuevo poder. De lo que se trata es de darle el verdadero valor a esas herramientas y que ellas conozcan que son la base de lo nuevo que está generando la sociedad humana.

Esas fuerzas están encontrando los caminos de la unidad. Es una unidad basada en la lucha para el nuevo poder: los revolucionarios tenemos una clara idea de la lucha por el poder y de las bases para lograrlo.

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