En la actual situación política la clase dominante siente la lucha de clases y aunque el gobierno y todo el arco parlamentario se ocupan y preocupan por ocultar el protagonismo de nuestro pueblo con un malestar generalizado, los revolucionarios hemos asimilado que en esa confrontación de clases radica la actual expresión del golpe por golpe.
Veamos:
- Que Macri haya vetado la ley de reducción de tarifas es un alto costo político dentro del bloque de poder monopolista y fuera de él. Tienen la legalidad que les confiere el poder burgués pero no tienen la legitimidad que les puede dar el pueblo.
- El 15% como techo paritario se ha roto. La burguesía actúa anárquicamente y está sujeta a la protesta, el descontento y teme que el remedio del techo paritario sea peor que la enfermedad que le confiere esta administración.
- Mientras ciertos negocios de la burguesía monopolista se han acrecentado con la actual crisis política, también es cierto que las leyes laborales están encajonadas, sin espaldas políticas estas iniciativas no están prosperando.
- La lucha contra los tarifazos en sus infinitas formas de expresarse no cederá y la misma se está llevando puesta la “unidad política” del propio gabinete gubernamental.
- El autoritarismo que intenta imponer el gobierno se choca frontalmente con las aspiraciones democráticas más amplias de nuestro pueblo. La movilización permanente se ha incrementado.
- La situación internacional vista desde las trincheras de los pueblos del mundo y particularmente de la clase obrera y pueblo brasileño amplían aún más las crisis políticas en los estados capitalistas dificultando la acción del gobierno argentino que con su presidente a la cabeza no hace más que ponderar el “apoyo” que recibe de la comunidad internacional. Mientras daba su discurso monotemático en Cachi nadie le acercó un papelito para decirle que se postergaba la inserción de la Argentina a OCDE.
La guerra declarada ayer por EEUU por los aranceles al acero y al aluminio contra Canadá, México y Europa, la caída de Rajoi en España, la represión al pueblo de Nicaragua por sus reclamos más básicos, la formación de un gobierno en Italia después de 89 días, son sólo una punta de ovillo y una muestra de sólo 24 horas del gran malestar existente en el abajo tras décadas de frustraciones políticas de los pueblos. Esto es lo que se oculta y en ello trabaja ideológicamente la clase dominante.
El descontento de los pueblos con las instituciones de la burguesía crece y ello penetra en sus propias filas. Allí radica la verdadera causa de sus contradicciones en ascenso permanente. Estas instituciones están carcomidas por la lucha de clases, al no ser confiables se sostienen por una legalidad que les confiere el poder de clase dominante, sin embargo esa legalidad no es suficiente para gobernar, hay algo nuevo que puja por nacer y existen intentos muy diversos que van tomando forma. Nos referimos específicamente a las expresiones que encuentran legitimidad en el poder de la movilización, su masividad y su práctica democrática directa.
Expresiones que no siempre se presentan puras, que se entremezclan muchas veces con metodologías burocráticas, con los sinsabores de una práctica representativa agotada por la experiencia ya hecha, pero el norte se está ampliando, comienza a pisar en sendas experiencias que elevan la calidad de épocas anteriores en donde todavía las fuerzas no se acumulaban políticamente. Esto es lucha de clases, lo que no se ve pero sí se siente a la hora de las decisiones de un gobierno inestable, vacilante, confuso, débil y sostenido por “su” legalidad. El golpe por golpe no perderá intensidad, las clases seguirán expresándose con cada vez más virulencia.