Como sabemos, la lucha contra los tarifazos y el ajuste, y por las condiciones de vida oprobiosas, ha desatado en la localidad de Moreno/Pcia. de Bs. As. y los alrededores, una contundente movilización de masas. Por ej.: la toma y quema de edificios de Edenor, la organización popular que impide los cortes de luz, la negación al pago de tarifas abusivas, etc.
Con diferentes grados de organización, de unidad y de enorme protagonismo, esta movilización es la que marca el ritmo de la situación en la zona. Estado asambleario en las barriadas, las movilizaciones, cortes de ruta, acampe frente al Consejo Escolar, etc., confluyen como una fuerza que socaba todo intento de morigerar el hartazgo frente a todo.
Este torrente es el que hace retroceder a las burocracias sindicales, el que hace tambalear a la propia intendencia, el que cuestiona todo el orden vigente y que mantiene en vilo a la superestructura política de la burguesía.
El “grueso” de la movida gira en torno a siete barrios y a las escuelas de los mismos. Por ende, el protagonismo de los docentes padres y alumnos es el que sostiene este cuadro de luchas. Es notorio que la presencia de aparatos políticos es casi nula e –incluso- repudiada.
Las expresiones sindicales de la zona -con todo el entrecruzamiento de intereses electorales y de anarquía de su propia estructura- se ven obligadas a subordinarse al cuadro asambleario y el estado de movilización que existe, echando por tierra todo intento de hacer retroceder las mismas.
Las propias cúpulas de estas expresiones están ausentes, raleadas del protagonismo al que acostumbran usurpar, no por opción sino por decisión propia desde las bases. El acampe frente al Consejo Escolar también está subordinado a esta situación de movilización que presiona para estar allí.
Tampoco los intentos de la gobernación, cediendo frente a las demandas de la población y que luego de las muertes por la explosión han pasado a primer lugar (reparación edilicia de las escuelas, alimentaciónmás adecuadas en los comedores, fin de la intervención del Consejo Escolar, salarios, infraestructura, etc.) han servido para descomprimir y desmovilizar. Por el contrario, frente a la vista de todos, la gobernación (que ha prometido mucho y no ha hecho nada), ha desatado por consecuencia más masividad, multiplicando el caudal de participantes en multitudinarias movilizaciones.
Las amenazas y el reciente secuestro de la docente, se inscriben en este cuadro. Más allá de los ejecutores, lo que se intenta es hacer retroceder la movilización con el hostigamiento y el terror para que este “grano” no empantane el electoralismo que se busca instalar, en el que están metidos toda la superestructura y el oportunismo en danza.
Fuerzas de seguridad en los barrios paran a los chicos que hacen pintadas y apretan en las ollas populares para “que vayan a estudiar y dejen de perder el tiempo”, los aparatos políticos pintan consignas en igual sentido, personajes en autos sacando fotos se ven todos los días…. Y así y todo, a pesar de todo ello, lo que logran es precisamente lo contrario: en vez de descomprimir la movilización crece. Por ello no se animan a reprimir, el terror también lo tienen ellos, son vulnerables. Ayer jueves, la movilización fue multitudinaria. Y la marcha de antorchas promete más gente.
Frente a cada acto de la superestructura, la movilización obtura los poros del juego electoral y de las salidas institucionales en la que estos aparatos están enfrascados. Impidiendo no sólo a la gobernación sino a todos los aparatos del sistema instalar esta cuestión totalmente ajena a las necesidades urgentes.
Por otra parte, la lucha contra los tarifazos y el ajuste está necesariamente unida a todo esto.
La ingobernabilidad asume esta característica, que es definida por la propia contienda de las bases populares.
Esto quiere decir que la lucha irá creciendo también en la medida que avancen las políticas revolucionarias como dirección. Aunque por momentos pueda tener periodos de calma relativa, irá creciendo, fundamentalmente, porque está asentada sobre las bases de las agudas contradicciones sociales, sobre la experiencia en desarrollo de su propia fuerza y sobre la necesidad de lo que hay que hacer para conquistar.
De allí que es necesario avanzar en mayores niveles de organización política desde las bases y de unidad, en vistas al poder local.