¿Tenemos más derechos que recursos?

“La inflación deriva de que la sociedad cree que tiene más derechos que recursos.” Lo que lógicamente implica que quienes no tienen recursos no tiene derechos. El despojo que se está llevado a cabo de la mano de estas políticas lleva implícito el sostenimiento de los derechos ajenos a los trabajadores y el pueblo. Una sociedad despojada de sus recursos carece de derechos frente a una minúscula cofradía de parásitos que gozan de derechos por concentrar recursos. Esta siniestra frase pertenece a Javier González Fraga, quien se expresaba meses atrás justificando desde una posición casi filosófica los tarifazos y ajustes.

Este acérrimo defensor del capital monopolista afirma que los derechos están en relación directa con los recursos que uno posee. Con la pedantería que le es propia, nos dice que cuantos más recursos tenés más derechos te asisten. ¿Quiénes detentan la posesión de los recursos productivos y energéticos de nuestro país? ¿Quiénes concentran en sus manos los medios de producción, distribución e intercambio generados por nuestro pueblo y construidos por generaciones de trabajadores a lo largo de su historia? ¿Quiénes se apropian de las ganancias que estos “recursos humanos” y materiales que se generan cotidianamente? ¿Quiénes se arrojan el poder de avasallar los derechos políticos y las conquistas sociales basados en la concentración y dominación de todos estos medios?

El capital monopolista y el Estado a su entero servicio, sin dejar de lado -por supuesto- a funcionarios de la calaña de González Fraga, que desde el Banco Nación contribuye a la especulación inmobiliaria.

Lo que nos dice este señor es que la inflación es un derecho que los asiste, del mismo modo que los asiste el derecho a las devaluaciones, a los tarifazos y a la reforma laborales. En una entrevista realizada en TN el 31 de enero pasado, lo reafirma: Si frenamos la inflación por no aumentar las tarifas caemos en un problema que tendremos que corregir el día de mañana«… Lo que nos está diciendo es que si afectamos los derechos del capital monopolista estamos faltando a una ley no escrita en este sistema, que intenta simplificar y llevarse puestos todos los derechos constitucionales del artículo 14 Bis, que en parte reconoce los derechos que tenemos los trabajadores.

Todo lo que dijo en esa misma entrevista se apoya en el derecho del capital monopolista de hacer sus negocios a expensas de nuestro pueblo. «Las tarifas estaban regaladas»… «Porque acá estamos acostumbrados a consumir más de lo que se necesita»… Siguiendo con su lógica de pensamiento expresa que si no tenes recursos para pagar estas tarifas no tienes derechos a quejarte. ¡¡Caminá y no tomes colectivos!! Achica tus condiciones de vida, achica tu alimentación, achica tus necesidades a lo mínimo indispensable para subsistir y así contribuir a pagar la fiesta de los monopolios.

Todas las promesas de rebaja de inflación, más las que afirma la continuidad de la presente estabilidad cambiaria, más otras tantas que han declarado, no son más que chapucerías y fantasías sin ninguna seriedad.

La base objetiva que nos permitirá comprender el devenir es un hecho irreductible: mientras el poder político, con la maquinaria de su Estado despótico esté en manos de los monopolios, las políticas de este gobierno -como las de los gobiernos venideros- estarán sujetas a las necesidades de las ganancias del capital monopolista.

La inflación, los ajustes, la explotación y el despojo son y serán la moneda corriente de la burguesía monopolista hasta que -desde la más decidida acción de los trabajadores y el pueblo- se quiebre su dominación y se los despoje del poder.

La construcción de esta necesidad es un derecho inalienable de los pueblos a la liberación del yugo dictatorial capitalista, que no pasa precisamente por las alternativas electorales -que dicho sea de paso no pueden esconder sus vínculos y su entramado con los intereses monopolistas-. Pasa por avanzar en la organización de las bases de forma independiente, en las fábricas y las barriadas, pasa enfrentar la gobernabilidad y la paz social instalada para contener el estado de bronca que anida masivamente en nuestro pueblo.

No sólo es un derecho de nuestro pueblo. Además cuenta también, con la experiencia y la impronta de una vida digna: ¡eso sí son los grandes recursos sociales e históricos que tenemos en nuestras manos!!

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