La dignidad humana continúa sometida y despreciada en pos de la ganancia de las grandes multinacionales amparadas por todos los gobiernos, desde el oscuro 1976 hasta la fecha. No hablamos sólo del pasado, hablamos de hoy.
Hagamos del 24 de marzo un nuevo mojón de la lucha de clases en nuestro país, en donde miles y miles expresen su disposición y actitud a enfrentar lo que imponen las políticas de los monopolios y sus gobiernos.
Que sirva como un mojón más de la organización desde las bases, ganando protagonismo en la construcción de una salida de fondo a todos los males que nos aquejan, producto de las políticas de explotación y miseria a las que nos somete la clase dominante.
Condicionemos las intenciones y los planes de toda la burguesía. Que se condensen esas miles y miles de luchas “silenciosas” que vienen gestando la clase obrera y el pueblo, lejos de toda institucionalidad y oportunismo electoral.
Desnudemos, en la confrontación a este sistema putrefacto y decadente que cada día siente más y más el peso de su crisis, que lo único que tienen para ofrecer es su afán por la ganancia. Que despunte el germen de lo que se viene.
Y -aunque no haga falta repetirlo, compañeros- seguimos sosteniendo que la mejor forma
de reivindicar a todos los compañeros revolucionarios caídos, es luchando hoy por una vida digna para nuestro pueblo, por una revolución que sepulte a este Estado, donde -gobierne quien gobierne, prepondere una u otra facción del capital- siempre está a favor de los intereses de los grandes monopolios.
Seguiremos luchando -sin descanso- por una revolución que coloque al ser humano por encima de la ganancia y la explotación.