Un martes que se debate entre la anestesia y la lucha

Anestesia que quieren inyectar los popes de la estructura sindical y la politiquería burguesas a las rebeldes masas del proletariado y sectores populares. Lucha que, desde las bases, despunta en lo nacional empujada por cientos de conflictos locales y regionales que asoman a pesar de la sordera y ceguera impuestas por los medios masivos de comunicación.

Así, contradictoria, se presenta la realidad política y social en este martes víspera del día del trabajador. La realidad es siempre contradictoria…

El sistema, con su aparato electoral, viene de sufrir un duro golpe en la provincia de Santa Fe, en donde un 40% del padrón electoral le dio vuelta la cara y, además, el 60% restante se pronunció en contra del gobierno nacional arrancando una nueva hilacha a las aspiraciones inútiles de querer convencer a las masas laboriosas de que el saqueo a los ingresos populares llevará a un futuro de prosperidad.

El pueblo sabe, intuye y previene que la única prosperidad es para la burguesía monopolista, imperialista, y sus funcionarios (oficiosos y opositores). Nada lo convence si viene desde las usinas del poder y a ello le opone el ejercicio de la lucha y la movilización con unidad y la práctica de la democracia directa que se fortalece y generaliza en cada contienda, con cada vez mayor nitidez, como la vía necesaria para poder hacer realidad la satisfacción de sus necesidades y aspiraciones.

Es por eso que la jornada de hoy, puntual y detalladamente preparada por los sostenedores del sistema que ven peligrar al actual gobierno y con él, la permanencia precaria del sistema, concibieron para intentar engañar nuevamente y descomprimir a fin de ganar tiempo hasta las elecciones de octubre, se ve salpicada, amenazada y virtualmente fracasada por la tozuda fuerza que desde abajo puja por aparecer ante cada oportunidad que se presenta. Las aristas de la confrontación superan a las redondeadas formas de la contención.

La lucha en las calles de la mano de la aspiración a que la dignidad del pueblo no espera hasta octubre, aparece como brote naciente en el páramo que imaginan los sectores dominantes.

La tensión social está presente y ya se expresó en acciones y declaraciones de brazos y voces que se  multiplican en este denso escenario en donde el aire “se corta a cuchillo”.

Las arterias y vasos a través de los cuales circula la turbulenta y zigzagueante sangre caliente del pueblo, no puede contenerse con inocuos apósitos o gasitas inútiles… Ella fluye y atraviesa estúpidos obstáculos porque la vida es así: porfiada, enérgica e irreverente ante quienes quieren ponerle un cerco y ahogarla.

Enceguecidos por la demanda de la ganancia y la acumulación del capital, pretenden convencer con su idea de que el pueblo “debe acostumbrarse a la inestabilidad” sobre la base de la pobreza, el saqueo y la falta de un futuro mejor para quienes trabajamos y generamos todo lo que ellos se llevan.

Una vez más, hoy quedará demostrado que la dignidad se grita, se canta, se levanta y se hace viento insurgente en el país.

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