El conflicto docente chaqueño inició en la segunda quincena de febrero, impulsado por las bases que tomaron en sus manos el reclamo de mejoras salariales y de trabajo. Luego de cien días de lucha, podemos esbozar una lectura que analice los logros y las cuentas pendientes del proceso.
En forma sintética, citaremos los siguientes aspectos positivos:
– Romper con la desmovilización de los últimos años, que había marcado un retroceso en las condiciones laborales y de vida del sector.
– Sostener un plan de lucha con masiva participación de docentes en actividad y jubilados, que tuvo diferentes formas de protesta: marchas, acampes, cortes de ruta, demandas a las autoridades durante los actos públicos.
– Exigir a los dirigentes sindicales que sostengan el reclamo, principalmente salarial, impulsado desde las bases, cuando en ocasiones anteriores fueron complacientes con la patronal.
– Obligar al gobierno a modificar su pauta salarial, que inició en un 22% en cuotas a cobrar finalmente en enero de 2020. Finalizó en un 30% nominal en octubre con ajuste trimestral por inflación, devolución de descuentos por días de paro y nueva negociación en junio.
– Dejar abierta la discusión sobre cuestiones de fondo en el sistema educativo, como la defensa del estatuto docente, la reglamentación de las escuelas de gestión social y los “proyectos especiales”, el control público de la administración de los recursos del ministerio de Educación, y una serie de reclamos urgentes vinculados a las condiciones edilicias y a la atención de los estudiantes.
– Generar un espacio democrático y participativo de debate y resolución: las asambleas docentes por localidad, que designaron sus delegados genuinos. A partir de su funcionamiento conjunto y coordinado, surgió el Movimiento de Docentes Autoconvocados.
Algunos temas a resolver:
– Consolidar un espacio de participación, que asegure la legitimidad de las resoluciones y la masividad en los reclamos. De esta forma quedará garantizada la posibilidad de hacer efectiva la intervención del sector en las discusiones con el poder instituido.
– Elaborar una propuesta organizativa que sintetice la experiencia de estos meses y abra las puertas a una profundización del proceso. Los principios de democracia directa y la designación de voceros de las asambleas son el cimiento para una nueva fuerza social que dispute y se enfrente con las instituciones formales en la definición de las políticas del sector.
– Las actividades coordinadas y el desarrollo en cada localidad tuvieron ritmos diferentes. Es necesario articular ambos niveles para que el esfuerzo colectivo se traduzca en logros concretos.
– Sintetizar el diagnóstico de la situación de crisis que atraviesa la sociedad provincial en materia educativa, y una serie de medidas urgentes para torcer su rumbo. Con ese punto de partida, elaborar un pliego de demandas para movilizar a las bases y exigir a las autoridades respuestas concretas inmediatas.
Con este balance, estamos debatiendo algunos pasos para continuar el proceso.
Las raíces del movimiento deben ser fuertes. La posibilidad de sumar docentes de las escuelas y articular trabajo con los jubilados es un objetivo importante de cumplir. Los valores demostrados en la organización son un faro para convocar a los demás trabajadores del sector. Esto permitirá además dar lugar al encuentro con los otros miembros de las comunidades educativas, padres y estudiantes. También potenciará la capacidad de acordar líneas de acción con otros sectores de la sociedad, en especial otros trabajadores en lucha.
El trabajo hacia las escuelas debe dar lugar a una gran iniciativa democrática. Ya empiezan a aparecer propuestas para realizar un congreso pedagógico autoconvocado. La confluencia de las asambleas por localidad en un encuentro que discuta y resuelva los pasos a futuro consolidará la experiencia de esta lucha y dará fuerza a nuevos reclamos.
Los trabajadores organizados, con nuestros propios puntos de vista y nuestros propuestas y exigencias, seremos protagonistas de la vida política provincial. Construiremos una sociedad democrática, que ofrezca a las mayorías el control de los recursos producidos por todos. Así conseguiremos una solución a los grandes problemas y alcanzaremos una vida digna.