Congelar el ingreso… ¿o encendemos la mecha?

El martes pasado Emmanuel Álvarez Agis[1] publico una nota en Ambito Financiero[2] (que replico más tarde en C5N[3]) donde expone el último grito de la moda en “formulas” para bajar la inflación en nuestro país.

Según el asesor en economía, la cuestión es “congelar la distribución del ingreso”, y nos lo explica con cajitas de fósforos. Coloca el siguiente ejemplo: una fábrica produce 100 fósforos diarios, cuya ganancia se reparte cincuenta y cincuenta, es decir que los obreros perciben en concepto de salario el equivalente a 50 fósforos y el capitalista embolsa en concepto de ganancia otros 50 fósforos ¿Cómo se genera la inflación? El economista acierta y nos dice:

“Si el empresario o el trabajador comenzaran una discusión para cambiar el reparto de los fósforos, esa discusión podría darse en términos razonables y modificar la distribución del ingreso o, por el contrario, la discusión podría llegar a un punto tal de belicosidad que tal vez afectaría negativamente a la producción. El nivel de esa discusión entre trabajadores y empresarios se refleja en las economías modernas en el nivel de la inflación.”

O sea que el origen de la inflación es la lucha de clases ¿no señor Agis?[4] El capitalista en su afán de ganancias aumenta el precio de los fósforos, genera inflación, y así como lo hace el dueño de la fábrica de fósforos, toda la clase capitalista tiene libertad de aumentar los precios de sus mercancías, pero los obreros no tienen libertad de aumentarse el salario, solo lo logran por medio de la lucha contra su patrón. De manera tal que nuestro economista acierta al explicar el mecanismo generador de inflación ¡Enhorabuena!

Desde ya, nada nos dice este señor acerca del origen de esta disputa; nada dice acerca de la necesidad del capital de aumentar la cuota de plusvalía para amortiguar la tendencia histórica a la caída de la cuota de ganancia; nada nos dice acerca de que esa disputa es inherente al capitalismo, es el mecanismo de funcionamiento del sistema, mediante el cual el capitalista vive del trabajo ajeno; nada nos dice, en definitiva, que esa es una de las manifestaciones de la contradicción fundamental del sistema: que el trabajador debe salir a vender día a día su fuerza de trabajo por encontrarse históricamente despojado de sus medios de producción, y que el capitalista vive del trabajo ajeno, del trabajo generado por el obrero.  

Veamos como continúa nuestro economista ¿Qué pasa si se aumenta la productividad del trabajo? Bueno, según este señor, si aumenta la productividad y se mantiene la misma tasa de “distribución” entonces obreros y patronos se beneficiarían del aumento de la productividad. En su ejemplo, si en lugar de fabricarse 100 fósforos diarios se fabrican 105, y se mantiene la “distribución” entre capitalistas y obreros en un 50%, entonces los capitalistas se embolsarían, al final de la jornada, un valor equivalente a 52,5 fósforos en concepto de ganancia y los obreros 52,5 fósforos en concepto de salarios ¡De manera tal que tanto capitalistas como obreros verán aumentar sus ingresos en 2,5 fósforos diarios! ¡Brillante! En palabras del autor “¿magia? No. Aritmética”.

El señor Agis, C5N y Ámbito Financiero evidentemente nos toman por estúpidos. La conclusión central de este hombre de la burguesía es la siguiente: obreros y capitalistas deben acatar el pacto social –o su versión renovada en palabras de Cristina Kirchner “Contrato Social”- y cesar en sus pujas por la “distribución” del ingreso. Juntos, obreros y capitalistas, deben sentarse a discutir cómo aumentar la productividad del trabajo, porque cualquier aumento de la productividad beneficiaría a ambos… una nueva versión de la “teoría del derrame”, más aggiornada para el populismo de estos tiempos.

Los trabajadores ya sabemos de sobra en que acaba esto de “aumentar la productividad”, lo venimos viviendo desde hace más de 200 años.

1) La primer mentira descarada de este señor es la proporción de la “distribución” de la producción: dividir 50 y 50 el producto del trabajo es ridículo, no hay una sola fábrica en el mundo que requiera un 50% de capital invertido bajo la forma de salarios, y aunque así existiera, el desarrollo natural de la lucha de clases y el aumento del capital constante en la producción, generaría que poco a poco esa “distribución” se fuera desplazando hacia el lado del capital.

2) El aumento de la productividad, suponiendo este verso del “congelamiento en la distribución” en este sistema perjudica necesariamente a la clase obrera. Si la “distribución” no es 50 y 50 sino digamos, siendo generosos, un 30 para salarios y 70 de ganancia, entonces un aumento del 5% en el volumen total de producción implicaría un aumento en la ganancia capitalista de 3,5 fósforos y un aumento en el salario de 1,5 fósforos. Es decir que, si los trabajadores aumentan la productividad, en términos absolutos, por más que se mantenga la misma “distribución” el obrero ganaría menos que el capitalista. Esto señores es “pura aritmética”, corroborada además por 200 años de historia capitalista y voluminosos tomos de economía marxista – de esa que, por supuesto, no les enseñan en Harvard-.

3)  La famosa “distribución del ingreso” a que hace referencia, es una mentira absoluta (por eso colocamos distribución entre comillas durante todo este articulo). Existen “distribuciones” y “distribuciones” ¿Acaso la existencia de proletarios, es decir, de seres humanos cuya única forma de subsistencia consiste en salir a vender su fuerza de trabajo a cambio de un salario todos los días, porque han quedado despojados de sus medios de trabajo; acaso la existencia del asalariado no implica una previa distribución social que da lugar a explotadores y explotados? ¿Acaso el hecho de que un capitalista se embolse, sin trabajar, bajo la forma de beneficio empresarial, lo que miles de millones de obreros han producido con su trabajo, acaso eso no expresa una peculiar “distribución” de la riqueza en el capitalismo? ¿Acaso el hecho de que 8 personas en el mundo concentren la misma riqueza equivalente al 50% más pobre del planeta, no manifiesta la forma en que se “distribuye el ingreso” en el sistema capitalista? ¿Qué hace que un individuo sea empresario, que un burgués pueda vivir a costa del trabajo ajeno; del trabajo de miles de obreros, si no es la particular forma de “distribución” del producto social que se opera en el capitalismo?[5]

Por último, algo que es una obviedad ¿No estarán ustedes, señores Ámbito Financiero, señores C5N, señor Agis, tratando de instalar en la sociedad un contrabando ideológico para impulsar las “mejoras en la productividad” que en criollo se llama reforma laboral? ¿No estarán queriendo vendernos el verso de que necesitamos mejorar la productividad, disminuir tiempos muertos a costa de enfermedades y accidentes laborales, implementar el banco de horas para que nuestra vida dependa cada vez mas de los ritmos de la fábrica y los vaivenes del mercado, cobrar nuestro salario en función de la productividad y encima implementar semejantes reformas bajo el manto del “contrato social” de Cristina Kirchner?


[1] Viceministro de Axel Kicillof desde el 2013, hombre de la formula F.F. y dueño de la consultora económica “pxq”.

[4] Sobre la inflación como termómetro de la lucha de clases a nivel mundial, ver “Cual es el origen de la inflación” https://prtarg.com.ar/2019/04/13/cual-es-el-origen-de-la-inflacion/

[5] Ver “Introducción a Contribución a la Crítica de la Economía Política”, Marx 1857.

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