Una extraordinaria huelga de los trabajadores de General Motors, acompañada de piquetes, acaba de estallar en Estados Unidos, donde 49.200 trabajadores de 33 plantas y 22 almacenes cesaron sus actividades el domingo pasado, con la gravedad para la empresa que se ve amenazada la interrupción también de G.M. en México y Canadá. El reclamo es claro y contundente: demanda de mejoras salariales, coberturas medicas de calidad y asequibles, y modificación en los estatutos de los trabajadores temporales.
Pero el trasfondo es que el sindicato United Auto Workers, dejó expirar el convenio que venció este mes porque los trabajadores y su sindicato aspiran a una modificación de fondo, y así lo explican “en momentos de crisis de la empresa los trabajadores pusimos el hombro, ahora aspiramos a recuperar tal sacrificio con una recomposición acorde con las ganancias actuales”, y esa es la causa de la modificación del convenio al alza.
Pero la huelga (de repercusión mundial), contiene algunos factores extraordinarios de resaltar: las familias de los trabajadores apoyan activamente la medida, así lo expresan opiniones en diferentes medios, las mujeres de los obreros, por ejemplo, la esposa de uno de ellos declaraba “es justo que paren, se está jugando nuestro futuro». Otro aspecto interesante: sacaron el conflicto a la calle con piquetes, manifestaciones en una clara actitud de clase para ganar adhesión en el resto de la población. También es de destacar que trabajadores de una empresa llamada Aramark, que pertenece al mismo sindicato, se sumó a la huelga.
Esta huelga tiene una importancia muy grande porque atañe a todo el proletariado mundial, es importante que se conozca, que nada es descabellado, que sepan los burócratas y traidores del SMATA y los demás burócratas sindicales que la modificación -por ejemplo- de los convenios desde un carácter ofensivo y con mejoras para el conjunto de los trabajadores, una forma de intentar imponer incluso el control de los trabajadores en la ganancia, con una participación en ella como se intentó imponer en los años 60/70 en nuestro país, los proletarios norteamericanos se están plantando y seguro que nadie los pudo frenar.
Y con ello, seguramente, se llevaron de la mano a su sindicato. Ya en el 2007 existió un paro de dos días, pero que no llegó a tener este alcance y las demandas no eran tan fuertes, pero así se tejen y construyen estos momentos.
Más allá de que esta lucha sea económica, en el momento histórico que se da y en el país que se da, con altos riesgos que se regionalice si no hay acuerdo, tiene un condimento político y hasta ideológico de tremenda trascendencia, pues una huelga de tal calibre en un país como E.E.U.U., es ya de por sí una apertura y un invite a que otros trabajadores del mismo país los imiten, con repercusiones internacionales como esta huelga de G.M. en Estados Unidos.