Cada gobierno que pasa se encarga de vaciar el contenido de ciertas palabras, aplicándolas indiscriminadamente. Así es el caso de muchos burgueses que se refieren a que se puede mejorar el capitalismo para convertirlo en “Un proceso virtuoso, inclusivo y sustentable”.
Ni qué hablar de frases hechas, como: “Hay que trabajar en equipo” aplicadas por ciertos monopolios como Toyota, que de ello hace permanente propaganda. Vaciar de contenidos para permanecer en el engaño y con el engaño. A decir verdad, Toyota debería decir: cuánto más ustedes obreros trabajen en equipo, cuanto más se socialice la producción, yo Toyota concentro mi riqueza. Pero la misma no va para el equipo, va para mí, que soy el capitán del equipo.
Proceso virtuoso. ¿Qué es lo virtuoso que nos ha dejado el sistema capitalista en nuestro país?, ha dejado un tendal de pobreza estructural. Se olvidan de decir que los monopolios de cualquier índole necesitan contar con ciclos virtuosos que para ellos llevan décadas. Pero para la clase obrera y el pueblo el vivir como se vive y que todo lleva a ensanchar la pobreza, de achatar para abajo las condiciones de vida ¿de qué ciclo virtuoso hablamos?
Inclusivo. Que linda palabra y además suena muy bien. Por supuesto que ningún político va a hablarnos de ciclos que excluyen. Hay más pobreza, pero nos hablan de ciclos inclusivos.
Y en verdad, de alguna manera tienen razón. Porque lo que quieren es llegar a salarios de 2 dólares planetariamente, como en la India, donde 800 millones de seres trabajan por esa suma. ¡Están incluidos! y nos quieren incluir en esa franja. Van por África como lo han hecho siempre por sus recursos naturales, pero los monopolios van por un salario de 1 dólar para “incluir” a millones de africanos en la pobreza.
Es fuerza productiva barata, intensa y necesaria para generar más plusvalía, acumular más capital. Esto es lo inclusivo de este gobierno y actúan en esa dirección. Solo mirar el robo a los jubilados. 5.000 pesos en enero y febrero para los miserables y castigo para el resto. De un solo movimiento achataron para abajo e intentan ese mecanismo en toda la sociedad.
Sostenible o sustentable. En verdad ya cansan. Sostenible o sustentable y el planeta está al borde del colapso. Hipocresía de la más ruin.
Pero cuando los revolucionarios hablamos de sostenible o sustentable estamos hablando de la sociedad humana y su relación directa con la naturaleza y como parte de ella. Allí se acaban todas las especulaciones y basta mirar la principal fuerza productiva -que es la sociedad humana- para producir mercancías y convivir con la miserabilidad permanente por generaciones.
Nos hablan de un sistema sustentable cuando ellos utilizan 7.000 litros de agua para refinar un barril de petróleo crudo y 148.000 litros de agua para fabricar un auto, con el único fin de acumular más capital y más ganancia concentrada en unos pocos monopolios.
Después usan los medios para echarle la culpa a los pueblos que “desperdiciamos el agua” por una canilla que pierde una gota en nuestras casas. Puede ser verdad y es un recurso para cuidar, pero a no confundirse: hay que atacar las causas por las cuales las corporaciones utilizan hasta el cansancio un recurso tan vital. Claro, son ellos mismos los que envenenan el agua con la megaminería -por ejemplo- y acceden a otro gran negocio, como cuando nos venden una botella de agua a precio oro.
¿O no pasa lo mismo con la arena, que es el segundo recurso natural después del agua, utilizado en muchos procesos productivos y fundamentalmente en la construcción? La mala utilización de este recurso genera problemas estructurales en la naturaleza afectando a poblaciones del mundo, que incluyen guerras por conquistas de ese recurso preciado. Basta con mirar el papel de Marruecos durante las últimas décadas y el papel de países imperialistas por el control de la región de Sahara.
Después nos hablan de “desarrollo de capitalismo”, cuando vemos construcciones faraónicas accesibles para muy pocos hechas con la sangre del obrero de la construcción. Con salarios cada vez más achatados y en condiciones de trabajo infrahumanas. Un peón de la construcción en nuestro país cobra por jornada entre $1000 y $1200, con ello debe viajar, comer, alimentar y cuidar de su familia. ¿Sustentable? ¡Cansan!
Pero ¿por qué echarles la culpa a las palabras o a las frases hechas? De ninguna manera.
La clase dominante le da el contenido mentiroso por su interés de clase explícito a cada expresión.
Esta “nueva” administración es muy experimentada en el engaño y es rápida de reflejos políticos, pero está asimilando que los tiempos de las palabras son cada vez más cortos y menos virtuosos, inclusivos y sustentables. Por el contrario, son palabras y frases que nuestro pueblo les va dando el verdadero contenido, en una época histórica de recuperación de la dignidad humana.