Crisis y Coronavirus: de lo que NO habla la burguesía

Mientras el fenómeno de coronavirus se extiende por todo el planeta causando muertes a pasos constantes, diversidad de «comités ejecutivos» de la oligarquía financiera planetaria (en todas sus versiones) intensifican sus ataques en contra de los trabajadores.

Por estos días se reafirma la idea que lo que se ha frenado es la producción mundial y el temor del imperialismo a que se concrete la tan mentada recesión. De hecho, ya ha habido una reducción de salarios en forma abierta o encubierta, así como destrucción de empleos.

La crisis del sistema aceleró sus pasos y (como en el 2007 y 2008) las políticas que se están estableciendo es para que más de 7.000 mil millones de habitantes paguen las consecuencias que el propio sistema causa cuando -por ejemplo- las políticas globales del imperialismo atacan y destruyen los servicios sociales. No se pudo y no se quiso evitar la pandemia cuando los recortes presupuestarios garantizaron las ganancias al capital financiero.

La crisis política y económica no la ha provocado un virus. En todo caso, el coronavirus ha expuesto esa crisis.

Esta pandemia universal se manifiesta en cada país de una u otra forma. Los medios de nuestro país no dejan de aturdir sobre el tema, pero poco y nada se habla del Dengue, por ejemplo. La aparición de mismo… ¿no es producto también de los recortes ya no solo a la temática de la salud sino y fundamentalmente a las actuales condiciones de vida?

También en nuestro país se incrementa la tuberculosis, “la enfermedad de los pobres”. El hacinamiento tanto en el hogar como en el trabajo, la concentración de gente en grandes urbes… en pocas palabras, las condiciones a las cuales estamos sometidos en el sistema son el caldo de cultivo para enfermedades evitables. De eso no se habla.

Pero la clase dominante juega con la vida de millones y evita hablar de las consecuencias de las múltiples guerras abiertas en todo el mundo, de las hambrunas en los propios países capitalistas cuya clase obrera recibe un salario de 1 dólar. Nada de estas bases materiales para dar paso a las pandemias es tomado en cuenta.

Por estas horas los mercados, las bolsas, el capital financiero han acelerado sus enfrentamientos interburgueses. Los procesos de concentración y centralización de capitales se están dando en forma abrupta. Hay muchos perdedores del mismísimo poder, pero hay ganadores en épocas de turbulencias. Ya se está hablando de la baja de las tasas de interés en los países capitalistas, lo que va en contra de los postulados de un sector de la burguesía monopolista que estaba bregando por ponerle fin a tasas de interés negativas.

La oligarquía financiera no está viendo al coronavirus desde la perspectiva de la salud de los pueblos. Por el contrario, hay sectores que necesitan quemar fuerzas productivas humanas y desalientan soluciones inmediatas.

Pero los pueblos del mundo no casualmente vienen sosteniendo luchas por avanzar en niveles de salud. Los movimientos contra los agrotóxicos, por el agua, por las condiciones de trabajo, por el salario etc. son parte de una avanzada en la salud. No se limitan a abaratar un remedio o garantizar la “gratuidad” en los mismos para los jubilados. Esos subsidios son para los laboratorios con la plata de los trabajadores. Crear las bases para la salud es crear la salud preventiva, ayudar a abonar las condiciones para terminar con enfermedades curables o pandemias creadas por el mismo sistema.

Las luchas por los derechos políticos y económicos son el primer paso para abortar las enfermedades de los pobres.

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