Reproducimos una carta elaborada por los trabajadores vitivinícolas autoconvocados que están haciendo circular en la provincia de Mendoza, en donde se pinta de cuerpo entero cuáles son las reales intenciones de las empresas, el papel del sindicato cómplice y la necesidad de organización independiente y de lucha que tenemos los trabajadores.
Compañeros: preparémonos para lo que se viene
“En el día Mundial del Malbec, vino emblemático de la industria vitivinícola, saltó la liebre o parió la choca como decimos comúnmente los mendocinos.
La bodega La Rural de Tupungato debió cerrar sus puestas y casi 100 trabajadores entraron en observación y quizás en cuarentena obligatoria, son 100 familias son abuelos, madres, padres, esposas, novias, novios, hijos, hijas, y son mucho más que cien. Y MÁS QUE UN NÚMERO, SON PERSONAS… PODRÍAS SER VOS O CUALQUIERA DE NOSOTROS.
En los medios masivos, se hizo el anuncio parcial de la noticia, pues se la presentó desde una sola visión, la que les conviene a ellos, los que mandan, los que dicen representarnos. Se habló de la irresponsabilidad del chofer de camión que es víctima del virus, se habló de la irresponsabilidad de su hijo, empleado en la bodega, por hacer vida social y familiar con su padre. En fin… todo al revés.
No se trata de irresponsabilidades individuales, ya sea del enfermo o algún familiar. Acá hay una GRAN RESPONSABILIDAD institucional PARA QUE TODO SALGA MAL, que arranca de bien arriba, del decreto presidencial que lejos del discurso de “la salud primero”, reflejó desde el primer día que lo que se quiere cuidar es la ganancia del gran capital, de los capitalistas.
Hacer del vino un “alimento esencial” por exigencia del monopolio vitivinícola y del gobierno provincial, además de la excusa de no parar la cosecha que nadie discutió, hizo que toda la actividad vitivinícola fuera liberada de la cuarentena social obligatoria.
A pesar del liviano reclamo de F.O.E.V.A. y el nulo pronunciamiento de los distintos sindicatos departamentales, solo se contó con el comprometido pronunciamiento de un puñado de delegados que denunciaron e hicieron visible esta injusta y peligrosa exposición de varios cientos de miles de trabajadores vitivinícolas condenándonos a un posible contagio.
Paso lo que tenía que pasar. Un contagio en cualquiera de nuestros lugares de trabajo ¿a cuánta gente más compromete? Por eso no podemos dejar pasar solo los días, tenemos que exigir permanentemente los elementos de seguridad, barbijos, guantes, antiparras, jabón y agua en abundancia, la permanente higiene de pisos, máquinas y elemento de trabajo, controles diarios de temperatura, al ingreso y egreso de la jornada laboral, en esto sí tenemos una responsabilidad colectiva, nosotros los trabajadores de exigirlo y las empresas para proveer todo lo necesario.
Todo esto en medio de una incertidumbre salarial que además nos condena a salarios por debajo de la línea de pobreza, con una inflación que no para, con la excusa de la pandemia y de la escases, todo aumenta. El sálvese quien pueda no nos toca a nosotros con salarios atrasados y congelados al no tener resolución la paritaria.
Por otro lado, los bodegueros nunca conformes con amasar fortunas a costa de nuestro trabajo, vuelven a la carga con la “crisis” del sector, pidiendo exenciones impositivas a la nación y a la provincia, abriendo el paraguas por lo que se viene una vez pasado este flagelo o antes que pase. NO nos descuidemos y que terminen pidiendo nuestra solidaridad por esta situación y pretendan rebajas salariales como extorsión a mantener fuentes de trabajo.
¿Y “nuestros representantes”? Bien gracias. Como buenos y disciplinados soldaditos se mandaron a guardar al inicio de la cuarentena social, todos borrados, nada de ponerse al frente de nuestros reclamos o necesidades. Sin embargo, sí les dio para alcahuetear servilmente en las bodegas a los compañeros que tuvieron la hombría y las agallas de denunciar por distintos medios de comunicación la injusticia de condenarnos al contagio en plena pandemia. Este acto servil y desclasado tuvo un ejecutor, Luis Agüero, buchón a gran nivel propatronal, que no se limitó a entregar los audios de los compañeros entrevistados a las distintas gerencias de personal, sino que además amenazo verbalmente a nuestros compañeros.
Entendemos que este burócrata no actúa por su cuenta, que responde a una forma de hacer sindicalismo desde una concepción empresarial, con el resto de los dueños del SOEVA Maipú que nos han dado varias muestras de su sociedad con las patronales.
Ante todo esto NO podemos quedarnos esperando que ellos cambien. Ni los patrones van a ser generosos, ni estos sindicalistas desclasados van a hacerse cargo de nuestros reclamos o necesidades y mucho menos podemos esperar nada de los gobiernos que han demostrado a quienes benefician con sus políticas y no somos precisamente nosotros los trabajadores.
Debemos profundizar nuestras raíces con los compañeros en cada bodega, en cada finca, consolidar nuestra organización, que todos sepan de nuestra existencia y de nuestras intenciones, animar a nuestros compañeros a que se expresen, a que se sumen y que compartan con nosotros la tarea de difundir y propagandizar nuestro proyecto.”
VITIVINÍCOLAS AUTOCONVOCADOS – Abril 2020