La empresa Acindar (al igual que muchas empresas del país) estuvo parada a causa de la pandemia durante los primeros 40 días de la cuarentena. Esto ocurrió aunque en el medio se despachó un barco y se descargó otro que era para exportación, producto de las ambigüedades de los D.N.U que no permitían visitar a nuestros parientes pero sí despachar barcos extranjeros a los que que difícilmente le hayan hecho los controles. Pero cuando ya había arrancado la producción en algunos sectores y luego de varias semanas donde no hubo ninguna comunicación entre empresas y gremio se firmó un acuerdo de suspensiones que aún hoy es cuestionado.
De allí en más el incremento en los niveles de producción no paró. Como tampoco pararon los avances y manoseos de la empresa directamente proporcional a la bronca de los compañeros.
Descuentos de días de varios meses atrás, descuentos de días de suspensión que no correspondían, pago como suspendidos a compañeros exceptuados por ser de riesgo o por estar faltando por A.R.T, y varios etc. más, sumado a que las paritarias están en cuarentena, pero la inflación no, hizo un combo explosivo que obligó al gremio a hacer un corte cuasi simbólico en la entrada de camiones por 3 horas para visibilizar la bronca.
Pero esto no alcanzó para frenar la calentura de los compañeros cuando les transmitieron la noticia que la empresa iba a pagar el aguinaldo proporcional a los días trabajados. O sea que, con sectores que estuvieron como mínimo 1 mes parados hasta 2 o 3 meses exceptuados o suspendidos, el aguinaldo va a ser la mitad o 2/3, algo que los compañeros están esperando para tapar los huecos que les generó este descalabro inflacionario y el sueldo que llega al 80% de la canasta básica de la zona.
Automáticamente estalló la bronca a partir de un sector que paró medio turno, manteniéndose los compañeros en asamblea permanente, convocando a la Comisión Interna y Comisión Directiva para que expliquen esta situación. Y además comunicando al resto de la planta lo que pasaba (ya que desde el gremio nunca se bajó un comunicado oficial al respecto, apuntando a que no se le desmadre la situación).
A raíz de esta acción la situación se tornó incontrolable. Desde todos los sectores saltó la bronca y las asambleas fueron brotando y contagiándose sector x sector.
La excusa del gremio era «esperar el hecho consumado» para hacer algo. O sea, que nos paguen el aguinaldo como quieren, después vemos que hacemos…
Pero evidentemente los tiempos del gremio no son los mismos que los de los trabajadores, el reguero de pólvora no paro y obligó a hacer una junta de delegados nuevamente para analizar un plan de lucha, donde además del pago del aguinaldo completo también sea el comienzo de la lucha por una recomposición salarial, independientemente de lo que se discuta a nivel nacional, que sabemos que ni está en vista.
Una nueva etapa de la lucha que se está dando en esta gran siderúrgica. Se encadena con las diferentes luchas que va dando el proletariado argentino, ya sea porque realmente se respete su salud y no que se haga circo con esto, o bien por recuperar un poder adquisitivo que fue quedando por el piso, ya que lo único que no paró en el país es la inflación.
Claramente la clase obrera está dando respuestas precisas de que esto así no puede seguir. Cuando el sistema utiliza como excusa la cuarentena para reprimir y frenar la lucha de clases, ésta encuentra los caminos para pararse de manos ante estos atropellos.