El NO discurso de los que gobiernan y la exacerbación de la mentira

En el día de ayer las automotrices en nombre de todos los monopolios “adelantaron el futuro”. Después de los discursos de hoy rodeados de tanta mentira, encubrimiento y manipulación, el gobierno de los monopolios dio garantías a la oligarquía financiera de la continuidad de los negocios.

Nada se habló de lo verdaderos problemas que aquejan a nuestro pueblo: salarios a la baja, despidos, inflación y empeoramiento de las condiciones de vida de todo el pueblo. Nos quieren llevar a un falso debate y evitar poner en el centro de la mesa la verdadera divisoria de aguas que es una: sobre quiénes va a recaer el peso de la actual crisis y la que de hecho se irá profundizando.

Reafirman sus desafiantes posiciones antiobreras y subestiman la resistencia que se viene desplegando desde muy abajo.

Nuestra salud y nuestras vidas, y la de todos los seres que nos rodean la tenemos que cuidar y defender nosotros mismos. No hay otra alternativa y para ello deberemos luchar, organizarnos y prepararrnos para todo lo que se viene. Los protocolos los debemos imponer desde la lucha.

Pero decíamos que no hablan de lo que hay que hablar. No pusieron sobre la mesa un solo aspecto de lo que preocupa al pueblo.  El COVID 19 es una consecuencia de la crisis estructural del sistema y este repugnante discurso no le es ajeno. Ni se les cruza la idea de “cuidar” al pueblo, pero el pueblo ya viene asimilando sus conductas hipócritas.

Dieron garantías a sus “patrones”, quitaron garantías al pueblo. De hecho, en el AMBA nos seguirán exponiendo a los trabajadores al contagio en las industrias que operen dentro de parques industriales, industrias de proceso contínuo y las vinculadas a los sectores de exportación.

Por eso cada puesto de trabajo debe transformarse en puesto de lucha, una verdadera trinchera.  Ellos vienen por todo y desde las penurias deberemos ir por todo.

A este discurso solo se le puede responder con más resistencia. El norte de ella es abarcativo de infinidad de problemas que trasvasan las líneas “únicas” que nos quieren imponer.

Sus decisiones y discursos como el de hoy alientan a dividir al pueblo trabajador, desenfocarlo de sus verdaderas aspiraciones. Basta de mentiras inescrupulosas.

¿A qué llaman trabajos o producción esencial?

Mienten. Para ellos lo único esencial es hacer negocios y responder a los planes globalizados de las empresas. No hay ni habrá nueva normalidad con un discurso plagado de lo viejo y profundizado en su máxima expresión. El presidente y sus laderos de CABA y Provincia de Bs. As. no dudaron en esconder la leche.

Una frase popular los caracteriza muy bien: son todos “chamuyeros” y esa curva de desconfianza popular no solo no se “aplanará” sino que por el contrario se profundizará.

Puertas adentro el gobierno tiene una crisis política y esa manifestación fue la permanente postergación del “no” discurso.

Una crisis que de hecho acapara a toda la clase dominante. Saben que están jugando con fuego, pero sus medidas están sujetas a tenazas de poder en disputa muy fuertes. Los procesos de concentración y centralización recién comienzan y un tendal va dejando a su paso. Esa disputa interburguesa es muy cruda. A modo de ejemplo, las automotrices imponen sus pretensiones exportadoras y con ello arrastran a monopolios en esa tesitura.  Un día antes se lo hicieron recordar al presidente.

La disputa por el control político del Estado burgués es cuerpo a cuerpo. Solo los une el odio de clase al pueblo explotado y oprimido.

En estas circunstancias será determinante enfrentar este NO discurso ampliando los reclamos, uniendo lo que sea posible unir, fortaleciendo la resistencia y poniendo infinitas piedras en el zapato de la burguesía para frenar esta ofensiva que ataca las condiciones de vida y la vida misma.

 

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