Organizar políticamente a la clase en épocas de resistencia

La aparición de nuevos conflictos en la clase obrera industrial implica una labor cualitativamente superior para la vanguardia que viene surgiendo de esa lucha.

Dos aspectos centrales a tomar en cuenta: por un lado, muchas de las luchas llevadas hasta aquí tienen fundamentalmente un contenido de reclamo económico. Las mismas van desde situaciones de reclamos por conquistas perdidas que incluyen lo salarial y condiciones de trabajo y otras por despidos ocasionados por múltiples causas. En las últimas semanas han aparecido conflictos por aumentos salariales analizados en nuestra página.

El otro factor a tomar en cuenta es la incipiente y a la vez insuficiente ruptura de la clase con los gremios tradicionalmente transformados en empresas o parte de ellas. El peso del Estado burgués y sus gobiernos de turno para afirmar su dominación se centra en el respeto a “su” institucionalidad.

En la aparición de la clase obrera industrial en el escenario de la resistencia actual, la “fuerza de la costumbre” de la “representatividad” concebida desde la clase dominante sigue siendo una piedra en el zapato para que esa lucha de resistencia se eleve a un plano ofensivo. Y a la vez, vaya determinando el carácter de fuerzas independientes de la clase como factor de acumulación hacia un cambio revolucionario.

En las luchas actuales aparecen nuevas camadas de obreros decididos a enfrentar las injusticias, son vanguardias de la clase que -de una u otra manera- conllevan lo nuevo de este período histórico. ¿Qué es eso nuevo? la desconfianza a todo lo que le viene de arriba, sobre todo a la descompuesta “representatividad” gremial y política con la cual se están enfrentando.

Sin embargo y a pesar del empuje de lo nuevo por romper con ese “paraguas” aún en esas avanzadas no prevalece la importancia política de lo que se está haciendo, no se está viendo que por allí se están creando y experimentando las bases fundamentales para un nuevo poder de carácter revolucionario.

Entendemos que es la labor de los revolucionarios trabajar permanentemente en esa trabazón política e ideológica para que fundamentalmente la clase obrera industrial eleve un peldaño su papel en el actual estado de la lucha de clases que promete profundizarse.

Es mucho lo que se está resistiendo y ello se expresa de diversas formas, pero es hora de que las vanguardias asuman las responsabilidades de constituirse desde abajo en organizaciones independientes de clase que debe enfrentarse con una clase explotadora y opresora.

No es suficiente luchar, aunque sí es determinante hacerlo. Pero si esas luchas que hoy están haciendo obreros y trabajadores de todo el país no van acompañadas de organización independiente, una y otra vez la clase deberá comenzar la lucha desde el principio. La ausencia de una perspectiva y de proyecto de lo que se está haciendo perjudican el andar de la movilización permanente.

Para este momento histórico de resistencia: ¿a qué llamamos organización independiente?

Que la lucha en ciernes o la lucha ya encarada se haga fuerte en los siguientes aspectos:

En lo organizativo y metodológico se enfrente en los hechos a la democracia “representativa” o sea, la democracia que viene de arriba, que “delega” el poder a unos pocos burócratas que no casualmente pertenecen al poder.

La democracia directa es la democracia obrera que se gesta y se genera desde abajo y que la experiencia está indicando que aparece en asambleas por sector o simplemente por debates y acciones que surgen de las necesidades propias de los trabajadores de cada sector o establecimiento.

Hay que hacer consciente en las vanguardias que la democracia directa es la base fundamental para que un proceso de lucha se sostenga en el tiempo y a la vez pueda ir ganando terreno en un proceso de acumulación de fuerzas para asestar golpes cada vez más duros. Pero en ese batallar de idas y vueltas si no se trabaja en un proyecto político con esas mismas avanzadas, si a ellas no se las subestima y por el contrario se las foguea en las ideas revolucionarias, las expectativas de cambio redundarán en nuevas acumulaciones de fuerzas.

Estamos en una situación en donde además de un malestar creciente de la mayoría de trabajadores aparecen núcleos más decididos que reclaman “justicia”. Establecimientos en donde aparecen 10, 20 compañeros con nuevo empuje. Es sobre ellos en donde hay que trabajar cada vez más abajo, romper con lo viejo que es mirar para arriba a ver quién nos va a venir a salvar.

Es sobre esas avanzadas en donde hay que insistir y persistir para que ese empuje lo contagien para más abajo, para que del espíritu de resistencia y de bronca vaya cada vez más abajo y se masifique permanentemente con esa organización y metodología planteada al inicio de la nota. Se necesitan obreros revolucionarios que rompan decididamente con las metodologías impuestas por la clase dominante y organicen en diferentes planos políticos esa independencia de clase que debe enfrentar al poder burgués a cada momento.

Compartí este artículo