«La Argentina tiene que terminar con el debate de siempre. Tiene que volver al mejor de los capitalismos, al capitalismo de raíz, ese que se preocupaba por invertir, arriesgar, producir, dar empleo y ganar». «De la pobreza no se sale del auxilio del Estado con planes, se sale con empresarios que invierten y dan trabajo», así se expresó el presidente Alberto Fernández cerrando la 26° conferencia de la Unión Industrial Argentina (UIA).
Y nos quedamos con esas palabras, “volver al mejor de los capitalismos, al capitalismo de raíz”.
A continuación algunos datos de lo mejor del capitalismo:
– La Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (CICCRA) dio a conocer los datos de producción de carne vacuna durante noviembre. La faena total ascendió a 1,243 millones de cabezas de hacienda vacuna, que significa una suba de 1,7% con respecto a octubre. En la comparación interanual, la actividad frigorífica mostró un crecimiento de 3,1%. En el acumulado de enero a noviembre, se faenaron 12,81 millones de cabezas de hacienda vacuna, es decir 1,2% más que en enero-noviembre de 2019. En el acumulado de 2020 la producción de carne vacuna supera en 1,8% a la producción de enero-noviembre de 2019, informó CICCRA. Pero…
El consumo (aparente) de carne vacuna por habitante habría llegado a 50,2 kg/año en noviembre (considerando el promedio móvil de los últimos doce meses). En la comparación interanual se habría registrado una contracción de 1,5%. Este consumo de 50,2 kg/año por habitante es el menor de los últimos 10 años, cuyo pico había alcanzado los 61,8 kg/año por habitante en 2013. Obviamente que estos “promedios” ocultan que en esta sociedad dividida en clases, algunos consumieron más que otros.
El precio de la carne le ganó a la inflación y aumentó 55% en 12 meses por sino quedaba claro el porqué de la baja del consumo. Las vaquitas son ajenas.
-El 44,2% de la población argentina está bajo la línea de pobreza, esto es 20,3 millones de personas, y el 64,1% de los menores de 18 años es pobre. Según el informe del Observatorio de la Deuda Social (ODSA) de la Universidad Católica Argentina (UCA), si se mide por hogares, el 34,9% de los mismos tiene ingresos que no alcanza para adquirir la Canasta Básica Total, que incluye productos y servicios básicos mínimos para determinar la pobreza.
Seguramente la mayoría de las personas que están leyendo esta nota son: padres, madres, tíos, tías, o chicos y chicas con hermanos/as menores.
Vamos a proponer por un segundo imaginar una situación, pero con datos reales.
Supongamos que entramos a una escuela primaria y observamos a nuestro alrededor las niñas y niños que se encuentran ahí. De acuerdo a los datos de la UCA (mencionados uno párrafos antes), de esos 500 estudiantes, hay 320 que son pobres. Con problemas de alimentación, salud, vivienda, sólo por citar algunos.
Así de indignante es la realidad que vivimos, en un país que los que trabajamos producimos alimentos para 400 millones de personas. Ese es el capitalismo, «el mejor de los capitalismos» del que habla el presidente.
Preguntamos:
¿Por qué si crece la industria de la carne crece el hambre?
¿Por qué si producimos alimentos para 400 millones cuesta tanto llenar la olla?
¿Por qué si hay inversiones millonarias, como la de Ford de 580 millones de dólares, o la que hizo hace poco VW, los salarios de las y los trabajadores cada vez están más devaluados?
Alberto Fernandez tiene la respuesta: quiere «el mejor de los capitalismos».