La clase trabajadora: más allá del sector donde hoy se ocupe la fuerza de trabajo, empresas de servicios, producción, industria, el esfuerzo del que trabaja sigue siendo el factor determinante que genera la acumulación de la riqueza en el sistema capitalista. Sin embargo, la LUCHA ORGANIZADA de las trabajadoras y trabajadores hacia un horizonte con un orden de prioridades en donde la producción y los centros de producción de los bienes y servicios estén en nuestras manos y no estemos atados al sistema capitalista de consumo sino que manejemos la producción es el camino, ese el desafío.
La LUCHA Y LA ORGANIZACIÓN COLECTIVA DE LA CLASE TRABAJADORA Y EL PUEBLO, debe ser el salto de calidad que necesitamos. La clase trabajadora está recorriendo un camino y su único destino es el triunfo de la clase. Desde ya que desde el discurso y desde la acción revolucionaria del día a día, el cuestionamiento constante, el reclamo de los serios problemas individuales de cada sector debe ser urgente y constante. No hay que darles tregua a los garantes de este sistema, los partidos políticos tradicionales, los sindicatos, las instituciones religiosas, todas estas organizaciones del sistema capitalista que actúan como válvula de seguridad impidiendo que la clase trabajadora y el pueblo avancemos.
Sumando la lucha de cada sector vamos a sentir el sabor del verdadero cambio, donde la democracia directa sea el ámbito de discusión para enderezar el destino hacia nuestro objetivo.
Que la clase trabajadora, el pueblo en su conjunto, sea el verdadero y único protagonista de nuestro propio destino.