Sucesivos gobiernos nos hablan del pueblo y su bienestar, de pobreza cero, de lo Nacional y popular, y cientos de discursos para convencernos que ellos velan por nuestros intereses. Pero lo único que hacen es gobernar para la clase que no produce nada pero se lleva todas las ganancias, la burguesía. La izquierda electoralista con tal de sumar un voto o un militante no le importa si en el camino van cayendo los conflictos obreros, haciendo que más difícil sea la construcción de un movimiento obrero genuino.
Todo se basa en el sostenimiento del sistema capitalista de explotación y miseria y en base a ello, los medios de comunicación nos bajan línea constantemente para que nada cambie y convencer al pueblo que no queda otra más que votar cada 2 o 4 años, y así crear falsas expectativas sobre una posible mejora de vida. Pero el combo no estaría completo sin los gremios pro patronales cuidando los intereses de las patronales, frenando las luchas y reclamos genuinos de las y los trabajadores, dividiendo y metiendo miedo en la clase.
Para poder realmente cambiar está situación y poner las cosas en su lugar no se puede seguir confiando ni cayendo en las trampas que van colocando hábilmente quienes quieren sostenerse en el poder para que nada cambie.
El camino a seguir es el que históricamente los pueblos han elegido en la búsqueda por su emancipación y liberación. La plena confianza en la clase obrera y su poder de transformación. Ese poder de transformación de la clase en la producción es el que debe ejercer también en la lucha política para construir, junto al pueblo, la alternativa revolucionaria que sea la verdadera oposición a la burguesía y sus gobiernos». Esa es la única opción verdadera y genuina de construcción de poder real. Por ello es importante perseverar una y otra vez y confiar plenamente que es el verdadero camino en la lucha por una vida plena.