En esta etapa de la lucha de clases en nuestro país, es útil tener en cuenta el concepto de Lenin respecto a su desarrollo en forma de espiral ascendente. Donde el desarrollo de la lucha de clases, se produce de modo tal que, si tuviéramos en cuenta lucha por lucha, en cada una de ellas, conviven aspectos viejos y repetitivos, sumándoseles aspectos nuevos y de calidad diferente. Es decir que, en cada lucha genuina desatada en el seno de las masas, parecería volver en forma de circulo a lo “aparentemente viejo”, pero en realidad se repiten en un estadío más elevado, ya que la acción misma va poniendo en práctica nuevos aspectos de la calidad del enfrentamiento de clases.
Esta particularidad del desarrollo puede representarse como la imagen gráfica de una espiral que se enrolla verticalmente de modo que cada nueva espira parece repetir la anterior, pero a un nivel más alto y en su conjunto se obtiene la imagen de un desarrollo ascendente y progresivo.
Unos de los aspectos filosóficos fundamentales en el cual Lenin basó el concepto de espiral ascendente fue una de las leyes explicadas por Marx y Engels sobre “la negación de la negación”.
Ésta puede entenderse a través del ejemplo de una flor. Ya que desde que germina y nace esa flor, va creciendo y desarrollando sus cambios dejando de ser lo que había sido, hasta que muere y desaparece por completo. Pero en el trascurso de su desarrollo esa misma flor fue dejando nuevos gérmenes naturales para el nacimiento de nuevas flores. El nacimiento es negado por la muerte y a su vez la muerte es negada por otro nacimiento. Todo lo que nace, comienza a morir y a su vez nuevamente, comienza a nacer. Este concepto, analizado desde la lucha de clases, explica por qué a medida que la clase obrera y el pueblo va poniendo en práctica los resultados a través de la lucha, van mejorando condiciones para el enfrentamiento.
Y es así como en el transcurso del tiempo se va mejorando la calidad de la lucha, desde el terreno de la organización, la unidad, la masividad, etc. Para poner un ejemplo: cualquier conflicto desatado en una fábrica, por más chico que sea e independientemente del resultado, va dejando el germen para un nuevo acontecimiento. Ya que, si el resultado de ese conflicto no llegó a alcanzar su objetivo, permite ver las dificultades y falencias para la conquista. Y si el resultado fue triunfante también se da un salto en la conciencia principalmente en la confianza en las propias fuerzas.
Es decir que, de una u otra manera, el resultado permite darle paso al nacimiento de lo nuevo. Así mismo, en nuestra historia se puede entender gráficamente el concepto de espiral ascendente. Desde las puebladas iniciadas en Santiago del Estero en el año 1993, las de Cutral-Co en el año 1996, las del Correntinazo en el año 1999, luego las puebladas de Mosconi y Tartagal en el 2000 hasta las jornadas de diciembre del 2001. Tomamos estos ejemplos para destacar que cado uno de esos acontecimientos no solo fue dándole nacimiento a los sucesivos hechos posteriores, si no que fueron adquiriendo calidades diferentes desde el enfrentamiento propiamente dicho, hasta las reivindicaciones políticas. La instalación de la metodología de la autoconvocatoria y el ejercicio de la democracia directa para la acción y la toma de decisiones, fueron producto de lo que la lucha de clases dio a nacer en nuestro país.
Pero el desarrollo de la historia no es lineal ni gradual, se da en formas de saltos. Donde la lucha de clases puede girar a 180° el curso de la historia.
Por ejemplo, en una fábrica donde la organización y la lucha de la clase obrera logró un aumento de salario o frenó el despido de un compañero, el curso de la historia de esa fábrica ya comenzó a tomar otro rumbo.
Ahí mismo es donde empiezan a nacer nuevos elementos que le van dando otra calidad a la lucha en el desarrollo de la espiral ascendente, y fundamentalmente, va cambiando la relación de explotación entre las patronales y la clase obrera. Ya que los avances de esas luchas no sólo van mejorando el grado de organización y disposición de trabajadores y trabajadoras, sino que van poniendo a la defensiva a la burguesía monopolista y entorpeciendo sus planes de explotación.
Hablamos ni más ni menos de la realidad que vivimos hoy en nuestro país, en donde entender estos aspectos nos permite ver también “hacia dónde vamos”.
Es importante destacar la necesidad de propagandizar cada vez con más firmeza las ideas revolucionarias para que las luchas que se desaten vayan tomando un cauce revolucionario y estén en mejores condiciones para dar un salto.
Teniendo en cuenta este aspecto fundamental y el desarrollo de la espiral ascendente de la lucha de clases hay que preparar los enfrentamientos venideros desde un nuevo piso de organización independiente de nuestra clase, para avanzar en el camino que nos lleve a la destrucción del Estado capitalista y la toma del poder por parte de la clase obrera y el pueblo.