En la fecha de hoy se conoció que el presidente firmó un Decreto de Necesidad y Urgencia a favor de las automotrices.
Según la información periodística, en el mismo se establece la reducción a 0 el porcentaje de retenciones para exportaciones de vehículos que superen la cantidad exportada en 2020, más beneficios en IVA y en ganancias. Cabe aclarar que, actualmente, por cada dólar exportado los vehículos pagan $ 3 de retención.
Además, se creó el Instituto de la Movilidad formado por el INTI, las cámaras empresarias del sector y los sindicatos (SMATA y UOM), con el fin de coordinar las políticas del sector.
Como se ve, estos sindicatos están muy interesados en la marcha del negocio de los monopolios automotrices. Tal como venimos diciendo. Ni un gramo más, ni un gramo menos: los dirigentes sindicales son empresarios que tienen sus intereses con la burguesía monopolista.
Como sabemos, el salario básico de UOM está por debajo de la llamada canasta básica alimentaria establecida por el INDEC en $ 56.000, y muy por debajo de la canasta familiar a la cual se quiere enterrar y olvidar, la cual se ubica hoy en unos $ 92.000, según sostienen trabajadoras y trabajadores aceiteros, pero eso no está en la preocupación de estos señores cajetillas.
Por su parte, el salario de agremiados en SMATA ha bajado en proporción al valor dólar actual de los autos que fabrica esa clase obrera, y debido al aumento de la intensidad del trabajo, lo cual redunda en gran desgaste para cada hombre y mujer del proletariado.
Esta “ayuda” (en realidad, subsidios) que el gobierno les otorga a las automotrices se inscribe en el marco de mil millonarios subsidios a distintos tipos de empresas como por ejemplo las de energía que en diez años consumieron US$ 130.000.000, (dato publicado en el diario El Cronista del 04-03-2021) o sea casi tres veces el monto de US$ 55.000 que el gobierno de Macri le solicitó al FMI.
La contracara es la situación de la clase obrera y el pueblo, con “paritarias” que, en realidad, en su mayoría, son decisiones entre patrones (dirigentes sindicales, empresarios y gobierno) en las que las y los verdaderos protagonistas no tienen ni voz ni voto, y cuyos resultados son inferiores a los índices de inflación, aumentos diarios de precios, baja porcentual de las jubilaciones… En suma, empeoramiento profundo en las condiciones de vida.
Todo este cóctel de arbitrariedades en contra del pueblo es decidido por el gran capital monopolista y ejecutado por el gobierno actual, de la misma manera que lo hizo antes el de Macri, mientras nos entretienen con el tema de los jueces, los fiscales, el consejo de la magistratura, la Corte y bla, bla, bla… Tal como salió a vociferar la vicepresidenta hace unos días atrás por cadena nacional.
El enfrentamiento masivo a estas políticas se viene amasando pacientemente, fundamentalmente de la mano del proletariado industrial, en cada una de las luchas que se van repitiendo cada vez más en mayor número y cantidad de lugares por distintos motivos: salarios, seguridad, libertades políticas, no a la minería, en contra del aumento de las tarifas, por mayores ayudas sociales a los más pobres, etc.
La división de aguas es tajante como tajante será el choque de fuerzas que se aproxima. Hacia ese norte, debemos preparar todas las fuerzas.