El gobierno de Capitanich ataca directamente al bolsillo de los trabajadores.
El plan político que viene implementando desde que asumió su tercer mandato tuvo una profundización: por un lado hacer caja con la recaudación y los recursos enviados por Nación, para asegurar los negocios de sus socios; por el otro, ajustar a los empleados públicos con una pauta salarial que no alcanza a recuperar lo perdido por inflación durante los últimos meses.
Y ahora EL GOLPE FINAL: UN BRUTAL TARIFAZO EN AGUA Y ELECTRICIDAD. Lo confirmó el propio Capitanich al echar a Pablo Sánchez de la presidencia de Sameep. Al mismo tiempo, esa es la confirmación del vaciamiento de las empresas del estado y del ajuste al conjunto del pueblo.
Este es un problema de todos los trabajadores y el pueblo chaqueño y lo resolvemos en conjunto y en la calle. Para organizar la resistencia, es urgente convocatoria a asambleas por sector, que unifiquen los reclamos y tuerzan el brazo del poder con una inmensa movilización. Tomamos en nuestras manos la lucha, sin delegar nada en cabezones o en sellos sindicales burocráticos y traidores.
Preparemos una huelga general en defensa de la dignidad de los chaqueños, que derrote el ajuste y ponga las necesidades del pueblo en primer plano. Podemos conseguir lo que nos corresponde.