Amílcar Santucho: tu legado hace escuela ¡Siempre presente!

“Cuando todo, absolutamente todo estaba cuestionado, cuando la desconfianza se paseaba victoriosa en las arenas de la lucha de clases, se puso al hombro la tarea de reconstruir el Partido. Había un camino ya hecho, era el Partido el que había puesto sobre la mesa la lucha por el poder, era el Partido que había dado batalla a muerte contra el populismo y el reformismo, ese Partido había que ponerlo en la escena de la lucha de clases y “el Viejo” (como le decíamos, como nos gustaba llamarlo) supo entender la época histórica que se transitaba; a la violencia ideológica de la burguesía había que hacerle frente con la inquebrantable conducta revolucionaria de sostener las ideas de la revolución. Así se puso en marcha la reconstrucción del Partido, y se comenzaba a romper -en condiciones de mucha dificultad- la dispersión de toda una experiencia revolucionaria.”.

Destacamos este párrafo de la nota publicada en 23/7/2105 en nuestra página en referencia a nuestro querido Amílcar Santucho, porque ella destaca su labor más decida a lo largo 15 años de actividad revolucionaria al frente de nuestro partido.

Ayer se cumplieron 26 años de su muerte. Aun así, no está ausente.

Falleció un 17 de julio de 1995 luego de una penosa convalecencia producto de las secuelas de salud, heredadas por su confinamiento en las oscuras mazmorras carcelarias del tirano Stroessner y por el largo exilio en los años de la brutal dictadura de nuestro país.

Cariñosamente le decíamos “el viejo”. Sin embargo, lejos de todo ello estaba su vitalidad y su gran perseverancia en la construcción del Partido y en el sostenimiento de la teoría revolucionaria a la luz de las nuevas condiciones que iban emergiendo en el escenario de la lucha de clases.

Porque la ideología revolucionaria, la ideología del proletariado, el marxismo-leninismo, ha sabido ser sostenida y desarrollada en todo el periodo de reconstrucción de nuestro partido en el que ha desenvuelto su actividad como Secretario General del PRT.

Esa labor incansable que desplegó a lo largo de los años ha permitido a su vez poner en la escena y contribuir a derribar el ocultamiento deliberado de la lucha revolucionaria de nuestro pueblo en los años 60 y 70 y el papel de los dirigentes, de los militantes, de los contingentes de trabajadoras y trabajadores en pos del socialismo.

La reconstrucción del PRT a la que se dedicó sin descanso, no sólo es un enlace con la historia de aquellas épocas sino una continuidad de un proceso histórico que nos llega hasta el presente y que se enraiza en las futuras luchas para barrer con la inmundicia de este régimen putrefacto.

Las nuevas generaciones de revolucionarios le debemos mucho “al viejo”. Porque, aun a pesar del revisionismo, de los esfuerzos ideológicos y políticos de la burguesía y sus lacayos de todo cuño, de las actuales “fake-news” (noticias falsas) y el montaje escénico de los medios digitales del poder dominante por socavar la construcción del partido de la revolución y de la lucha por el poder y el socialismo, la necesidad del partido de la clase obrera cobra más vigencia que nunca.

El escenario de la lucha de clases así lo reclama.

En este presente, donde el hartazgo de nuestro pueblo se hace oír de mil formas, donde las luchas obreras se acrecientan haciendo emerger embrionariamente formas de lucha superadoras de todo lo institucionalizado, corroído y putrefacto que el sistema capitalista ha impuesto en el corazón mismo de la producción industrial, en las barriadas, y en un amplio arco de sectores de trabajadores, es donde su legado hace escuela.

Por ello, querido viejo, tu persistencia, tu tenacidad, tu paciencia nos enaltecen. Tu escuela es un camino de conciencia y de construcción revolucionaria y están presentes en el devenir de la revolución social en nuestro país. ¡Hasta la victoria siempre!

 

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