No fue la derecha

El 19 de octubre pasado el INDEC presentó su informe “Generación del ingreso e insumo de mano de obra” (https://www.indec.gob.ar/uploads/informesdeprensa/cgi_10_211AD177162C.pdf).

Tal informe se realiza por períodos trimestrales y arroja los resultados de las variaciones en los puestos de trabajo, las horas trabajadas, las remuneraciones del trabajo asalariado y el excedente de explotación bruto. Este último concepto refleja el saldo contable de las empresas, es decir las ganancias o pérdidas de las mismas.

Veamos la comparación entre los segundos trimestres de 2020 y 2021. No está de más aclarar que los cuadros que se muestran a continuación contienen cifras que son oficiales, no calculadas ni elaboradas por nuestro Partido.

CUADRO 1

En el Cuadro 1 se aprecia que los puestos registrados variaron sólo el 1,6%, mientras que los puestos no registrados tuvieron un incremento de 42%. Ello muestra que los nuevos empleos, en una inmensa proporción, son precarizados, trabajo en negro, lo que implica que los salarios que se pagan en ese sector contribuyen a una objetiva baja salarial general. El aumento de las horas trabajadas en ambos sectores también es relevante y allí se destaca un sideral incremento en los registrados, reflejado en que mientras el aumento de los puestos fue de 1,6% las horas trabajadas aumentaron 40,3%.

CUADRO 2

En el Cuadro 2 la remuneración a los asalariados (la masa salarial), excluido el sector público, aumentó el 31,1%; mientras tanto, utilizando el mismo criterio para la comparación, las ganancias de las empresas aumentaron el 58,1%. Esta diferencia de casi 30 puntos porcentuales entre lo recibido por los asalariados privados (registrados y no registrados) y las ganancias empresarias es más que clara: las mismas aumentan de un año a otro casi un 60% producto de la baja en la masa salarial.

ALGUNAS CONCLUSIONES

– La generación de empleo se destacó por la precarización, proceso que se quiere profundizar con la decisión del gobierno nacional de reemplazar planes sociales por puestos de trabajo.

– Ese mismo proceso de precarización empuja hacia abajo los niveles salariales que se reflejan en la reducción de más del 30 % entre uno y otro período de la masa salarial.

– El incremento de las horas trabajadas en comparación al incremento de los puestos de trabajo, sobre todo en el sector de los registrados, (1,6% de aumento en los puestos contra 40,3 % de aumento en las horas trabajadas) es una palpable muestra de la suba en la productividad de la mano de obra, la que se sufre todos los días en las empresas mediante el aumento de los ritmos de producción. Dicho más exactamente un aumento monumental de la explotación laboral.

– El resultado de lo marcado en el punto anterior es una baja generalizada de los salarios, lo que se refleja claramente en las cifras expuestas.

– Todo lo señalado anteriormente explica de manera tajante que las empresas hayan incrementado sus ganancias, comparando los períodos citados, casi un 60%. Y que la precarización, el aumento de la productividad y la consiguiente baja salarial son el camino elegido por la burguesía monopolista para atenuar la crisis capitalista.

Como conclusión final se debe destacar que este colosal proceso de transferencia de ingresos de la clase asalariada a favor de la burguesía monopolista, destruye cualquier argumento que intente el gobierno nacional para erigirse como defensor de los sectores obreros y populares máxime cuando las principales medidas de gobierno de los últimos meses sólo apuntan a profundizar este camino en beneficio de los monopolios.

En los finales del gobierno peronista en 2015, el actual oficialismo levantaba una frase: “no fue magia”. Nos atrevemos a sugerir que hoy podrían reemplazarla por la siguiente frase: “no fue la derecha”.

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