- John Deer (EEUU) 10.000 obreros en huelga
- GKN (Florencia-Italia) clase obrera y pueblo de Florencia movilizados.
- Huelga del Metal (Cádiz-España) clase obrera y pueblo de Cádiz movilizados.
- Huelga en Arcelor Mitral (Bosnia Herzegovina) clase obrera movilizada.
- Huelga del transporte en India. Continuidad de un estado de movilización permanente del pueblo Indio en Bombay.
- Huelga en Sri Lanca, 100.000 movilizados de diversos sectores de la producción y servicios.
En varios países se han realizado elecciones “democráticas” y las mismas han ocupado las “carteleras” de espectáculos. Que si ganó la derecha, que si ganó la ultraderecha, la izquierda o el centro, y poco se dice de lo que verdaderamente conmueve las entrañas del mundo.
Mientras se anuncia que el 70% de la población mundial está sometida a gobiernos autoritarios o con democracias recortadas hay avanzadas de la clase obrera que recorren el planeta poniendo “al día” la lucha de clases e introduciendo aspiraciones democráticas.
Nombramos seis confrontaciones que reúnen ciertos parámetros comunes sin menoscabar centenares de huelgas que en la misma semana ya transcurrida circulan en la misma dirección.
En primer término, estas huelgas no han nacido de un día para otro para ocupar una atención especial en los principales medios controlados por los Estados monopolistas. Todas ellas han tenido un recorrido de años, pocas conquistas y muchas piedras en el camino. Estamos hablando que las mismas se incubaron durante décadas. En una de ellas -Jhon Deer de EEUU- hacía 35 años que no existía un movimiento huelguístico de tal magnitud.
Estamos hablando de huelgas que se incubaron con fuertes cuestionamientos al Estado, a las empresas y a las organizaciones sindicales en forma simultánea. De hecho en ellas las iniciativas se gestaron en el abajo repercutiendo en las superestructuras que tuvieron que sujetarse al estado de movilización imperante.
Otras de las características sobresalientes es que estos conflictos proletarios contagian a la sociedad. Por estos días en la huelga del metal en Cádiz, como en Florencia este último sábado o la misma Jhon Deer arrastraron tras de sí a los pueblos cercanos en primera instancia, para luego transformarse como referentes en lo provincial y luego nacional.
Otra de las características sobresalientes de estas huelgas es la politización de la clase obrera, que con sus nuevas herramientas independientes de diverso calibre van poniendo en mesa de debate las ideas socialistas, el papel que juega la clase obrera en la sociedad, la crisis que atraviesa la democracia representativa y el hecho de la unidad popular cuando la clase toma la posta del enfrentamiento.
A estas huelgas ha adherido el movimiento estudiantil apoyando las medidas de fuerza de la clase, es el caso de Italia, España, las más sobresalientes.
En estos marcos -en donde el proletariado mueve sus fichas- se han producido también centenares de protestas que recorren el mundo. Nos referimos a la lucha por los derechos políticos que se suceden en todos los continentes y adquieren mayor peso específico cuando las clases fundamentales alinean sus filas.
Es en estos marcos de la lucha de clases es en donde se deben analizar las principales tendencias del comportamiento político de las superestructuras de los Estados.
Por un lado, la crisis de superproducción del sistema capitalista continúa destruyendo fuerzas productivas y ese proceso no se ha detenido. Centenares de millones de almas han perdido sus trabajos, se han deteriorado en sus condiciones de vida y son arrojadas al vacío más inmundo de sobrevivencia humana.
La crisis política en el sistema capitalista, sin embargo y a pesar de todo encubrimiento de la misma, está dada por la permanente resistencia de los pueblos a seguir viviendo en esas condiciones impuestas. Y que la presencia de esa clase obrera que se viene cimentado en décadas comienza a producir un cambio cualitativo en la sociedad y su enfrentamiento con la clase dominante.
Han pasado 40 años de ofensiva del capital y de la burguesía monopolista en todos los planos. Pero el ascenso de los pueblos en sus luchas por sus derechos políticos, más el ascenso que se advierte en años de luchas “inadvertidas” de la clase obrera, nos están avisando que para adelante ya nada será igual.
La tendencia a la concentración económica y centralización de capitales requiere de una tendencia a mayor concentración política de la clase dominante. Sin embargo y contradictoriamente ese proceso lleva a una mayor aspiración democrática de los pueblos que no puede ser resuelta con “democracias representativas”. Y ello es lo que está crujiendo.
Las experiencias se multiplican en la tendencia histórica y necesaria que es un nuevo tipo de democracia que en los hechos recorre todos los continentes. Y ella se expresa con un denominador común que es la independencia que va cobrando embrionariamente tanto las luchas proletarias como la de todo carácter que invade a la sociedad humana del hoy.
Hay mucho por hacer para que esta resistencia se transforme en ofensiva generalizada, pero la tendencia de ascenso de todo el movimiento se afianza y es deber de los revolucionarios en elevar la conciencia política del hacia donde ir para que ese salto llegue al buen puerto de revoluciones socialistas.