El 9 de octubre del 2020 hubo un hecho huelguístico de fuerte influencia en el sudeste asiático. La clase obrera de indonesia salió a las calles para oponerse a la ley general de creación de empleos. (“ley Ómnibus”).
Bajo la consigna “vivan los trabajadores” se desplegaron pancartas: “descanse en paz, Parlamento”, “la ley general mata el futuro de nuestros nietos” “terminó la colonización, pero empezó la colonización de los trabajadores”. ¡2.000.000 de manifestantes y 5 millones a la huelga general!
Tres puntos destacados de la nefasta ley.
- Eliminar salario mínimo
- Disminuir la indemnización por despido
- Aumentar la flexibilización laboral
Gracias a la unidad de la clase y el apoyo de la población en general, pero particularmente del estudiantado la ley fue impugnada.
Hoy 1 de diciembre 2021 en la misma Indonesia y a solo un año de esas históricas jornadas proletarias se llama a una huelga nacional para el 6,7, y 8 de diciembre en donde se involucrarán millones de trabajadores. Motivo fundamental aumento salarial. Aunque las pancartas de la huelga anterior marcaban ya un fuerte contenido político.
Recordemos que Indonesia es un país proveedor de materias primas y a la vez se destaca en la manufactura de las ramas textil y automotriz. Es un país en donde se han localizado diversidad de multinacionales aprovechando el aplastamiento y sometimiento de la clase obrera que por décadas dominó el escenario. Un país densamente poblado con más de 267 millones de personas ocupando el cuarto lugar en ese carácter.
La mitad de la población recibe 24,4 dólares al mes según el BID, mientras la OIT denunció en el 2017 que 45,9 % de los asalariados recibieron un salario menor al mínimo legal.
Recordemos que entre otras empresas multinacionales específicamente hay 1500 empresas chinas instaladas y que ya controlan la industria petroquímica y el procesamiento de níquel entre otras actividades productivas.
Este nuevo llamado a una huelga general promete poner en vilo a todo el sudeste asiático ya que este movimiento obrero no solo deviene de su propia y cercana experiencia (octubre 2020) sino que imita las luchas por derechos políticos de filipinos, tailandeses e indios, con presencia proletarias en las barricadas.
Es en este mientras tanto de la ascendente lucha de la clase obrera mundial en donde se acrecientan las disputas ínter burguesas y en donde comienzan a tomar cuerpo entre otras cosas el verdadero significado que adquirieron durante más de 4 décadas las localizaciones y deslocalizaciones de los monopolios en el planeta.
La globalización intentó consolidar los salarios hacia abajo y en ello China jugó el papel que debía jugar y “mucho más” y cuando la lucha de la clase obrera China comenzó a dar signos de presencia el sudeste asiático fue la alternativa de los monopolios para lograr los salarios en una Indonesia altamente empobrecida.
Pero esta huelga general, proletaria, seguirá marcando la cancha a la sed de ganancia de los monopolios allí instalados y a la vez creando una fragilidad política en toda la región.
Es desde esa óptica que deberemos ver las disputas y las “guerras comerciales” abiertas en el planeta en donde el peso de la movilización proletaria agudiza los enfrentamientos por arriba.
Las guerras inter imperialistas que se desatan en varios puntos del planeta además de guerras por “conquistar” el mundo, muchas de ellas las clases dominantes tienden a desviar el carácter de la lucha de clases e intentan transformarlas en guerras étnicas, religiosas, fronterizas etc.
En el sudeste asiático, zona caliente por diversidad de disputas y de actores monopolistas la huelga general llamada para los próximos días es una espina clavada de trascendencia planetaria. Reafirma un ascenso proletario y a la vez un apoyo de la población que agrava la propia crisis política de Indonesia sino también de los países vecinos que en términos planetarios tienen una incidencia en el PBI mundial.