Mientras la lucha de clases conmueve nuestra sociedad y la lucha del pueblo chubutense así lo confirma, otros “señores” en el recinto del “eterno fraude” (el Congreso de la Nación) intentaban resolver el presupuesto 2022.
Los titulares “amarillentos” no se ponen de acuerdo en caracterizar la situación porque adentro mismo de esa usina maloliente tampoco hubo acuerdo. El presupuesto 2022 es algo más de lo que pretenden imponernos con números y estadísticas preparadas para ocultar el robo, la manipulación, la lucha de intereses en juego y toda la pornografía que se esconde detrás del teatro congresal.
Claro, esto es capitalismo y esto es democracia burguesa. Ellos hablan de sus presupuestos y no contemplan los intereses populares. Las riquezas generadas por las grandes mayorías explotadas y oprimidas en este sistema perverso tienen que ir a parar a los bolsillos de los sectores monopolistas más concentrados y en el “teatro congresal” se pelean esos intereses.
Las posiciones tomadas por Máximo Kirchner, el propio Massa y toda una caterva de expositores como los “halcones” y “palomas” del PRO, los Milei, los “peronistas” sin Perón, los radicales de antiguos enjuagues parlamentarios y de las nuevas joyas de diputados y diputadas que incluye a la izquierda parlamentaria, mostraron y expresaron que sus crisis políticas van en proporción directa de lo que sucede en el abajo.
En ese abajo y en el Chubut rebelde, la clase obrera, más precisamente los portuarios, van a la huelga contra la ley de zonificación minera en un marco impresionante de movilizaciones que tienden a ampliarse.
¿Qué es lo que sucede en el abajo?
Crece la sensación de “tolerancia cero”… ¿Hasta cuándo vamos a seguir así? ¿Cuánto más tenemos que soportar el atropello de los que nos gobiernan?
Los sucesos de Chubut son una parte muy amplia de la respuesta de los de abajo. El presupuesto 2022 tuvo que NO votarse con jornadas de irritación popular y eso es lucha de clases.
A 20 años del 2001, de esas jornadas históricas, la memoria popular se encuentra a flor de piel. La clase dominante lo sabe y el pueblo ha deliberado y actuado en años posteriores para ir encontrando caminos independientes de la clase dominante, lo ha hecho con luchas y organizaciones de carácter autoconvocados en una dura etapa de resistencia.
La calidad del proceso viene cambiando, la clase obrera emerge como el sector más dinámico de la sociedad y el parlamento nacional (y el de Chubut en particular) así lo sienten.
El único verdadero presupuesto del 2022 que se necesita es el que pueda cubrir las necesidades básicas de la población, algo tan simple como ello. Y cuando hablamos de cubrir las necesidades básicas hablamos de educación, salud, salir de la pobreza generalizada, entre otras necesidades acuciantes.
Sin embargo, los “parlamentaristas”, nuestros “representantes”, debaten el presupuesto 2022 en función de los diversos intereses monopolistas que están en pugna. Los dueños de las mineras “votaron” en Chubut con sus diputados a favor de sus propios intereses.
El presupuesto 2022 NO votado es un problema de la burguesía, pero despedazar todo intento de avanzar sobre los intereses populares un el problema de las mayorías. Y a ello deberemos seguir resistiendo como se está haciendo por estas horas en el sur de nuestro país.
No es posible que el parlamento de la burguesía genere políticas populares, y quienes quieran generar expectativas en ese plano son cómplices del poder y no hay término medio.
Al parlamento, a las instituciones del Estado que ya les pertenecen a los monopolios hay que presentarles batalla en las condiciones que se pueda, pero jamás creerles, solo retrocederán si hay lucha.
El pueblo de Chubut lo vivió en carne propia, prometieron el combate a la mega minería y tuvieron que salir como ratas de su recinto.
En este enfrentamiento sureño se están condensando años de bronca. Pero lo cualitativamente distinto es la presencia de la clase obrera que en primera instancia ha clavado una huelga portuaria.
Pero además del justo reclamo del ¡Que se vayan todos! que se dan en muchos acontecimientos de lucha autoconvocados, el debate central pasa hoy por asimilar masivamente que lo que no funciona es el sistema capitalista, que los sueños de nuestro pueblo no pueden caber en una caja tan pequeña y miserable en la que nos quieren encajonar la clase dominante, esa caja es el sistema capitalista.
A la lucha de resistencia ascendente, a la cada vez mayor devoción de nuestro pueblo por autoconvocarse por fuera de la institucionalidad burguesa, sobre todo en el plano político y gremial, se hace imperioso responder con el hacia dónde ir.
Estamos hablando de una democracia burguesa que -a modo de ejemplo- debate entre 4 paredes el presupuesto para el 2022 o mete por la ventana la zonificación minera. Muestran todas sus miserias con corrupción, insultos y a favor de los intereses monopólicos.
Cabe plantearse entonces una verdadera democracia directa que, nacida desde abajo con una profundización de ejercicios democráticos como se vienen haciendo desde hace décadas, posibilite instaurar un nuevo poder.
Y que ese nuevo poder, con un nuevo Estado, debata –si siguiéramos con el ejemplo- un presupuesto en función de la sociedad humana y no en función de las ganancias de unos pocos; o en Chubut, una verdadera política en función de su población trabajadora y oprimida.