Sudán (África): la experiencia de los Comité de Resistencia

El domingo 19 de diciembre el Comité de Resistencia ha llamado a una amplia movilización popular contra el actual gobierno cívico-militar. Un gobierno que es producto de un golpe de Estado fallido, de corta duración, ante la protesta popular desatada ante tal hecho.

La respuesta del régimen ha sido la represión, un muerto y ayer se informaba de 300 heridos. La fuerza movilizadora deviene de una huelga general llevada a cabo por el sector público, petroleros, farmacéuticos, médicos, profesores, bancarios y ferroviarios, impulsores de Comité de Resistencia.

Un acuerdo por arriba entre el presidente derrocado en octubre Abdalla Hamdok y los militares golpistas por el avance de la movilización, fue el paso para amortiguar el papel del Comité de Resistencia arraigado en los barrios populares.

El domingo 19 de diciembre se recuerda la caída de la dictadura de Al Bashir a manos de la “revolución de diciembre” y son esos mismos comités de resistencia que actuaron en aquella oportunidad los que organizaron la protesta de hoy.

LOS TRES NO

No al reconocimiento a ningún acuerdo.

No a las negociaciones.

No a la participación sin acuerdo.

El domingo 19 una marea humana cruzó el Nilo y llegó al palacio presidencial, no sin antes tener feroces enfrentamientos con las fuerzas de seguridad de Jartum.

Se exige la entrega del poder a un gobierno civil.

No cesaron los fuertes enfrentamientos encabezados por el Comité de Resistencia hasta lograr llegar al palacio de gobierno. No obstante, ante la sentada multitudinaria rodeando el palacio presidencial donde se lanzó una nueva represión. En otras localidades también se rodearon las sedes de gobiernos locales.

Mucho en juego. Hasta aquí los actuales hechos.

El pueblo sudanés se rebeló contra una dictadura de 30 años y no dejó de movilizarse contra un gobierno “democrático” de transición que se apoderó del poder montado en una la lucha de décadas.

Todas las medidas que adoptó fueron en función de las exigencias provenientes de EEUU, Inglaterra, la Unión Europea, Arabia Saudita, Emiratos Árabes… Y como si esto fuese poco, la ratificación de un acercamiento con Israel llevado a cabo por el último jefe golpista surgido en octubre.

Sin embargo, el pueblo sudanés y el Comité de Resistencia se oponen a la presencia de Israel y continúan apoyando la causa Palestina.

Estas políticas de mayor opresión y explotación impulsadas por el gobierno fueron resistidas bajo la dictadura y bajo el gobierno de “transición democrática”.  El pueblo sudanés ha dicho basta y el papel del Comité de Resistencia se va fortaleciendo en las principales ciudades del país.

Este conflicto (desatado por las terribles condiciones de vida) ha provocado un fuerte cimbronazo en el cuerno de África. Ha venido a “escupir” una región altamente explosiva si observamos la situación de guerra en Etiopía, Eritrea Somalia y la particular situación de guerra entre Yemen-Arabia Saudita.

La necesidad del control regional para facilitar una nueva andanada de intervención de los monopolios en la región para achatar el salario universal.

La actual situación de Sudan es hija de la vieja consigna de 1967, que en la Liga árabe planteó los tres NO. No a Israel, no al reconocimiento del país, no a la negociación.

Actualmente, EEUU e Israel reciben un golpe inesperado por parte del pueblo sudanés. Saben que esa es una entrada estratégica al continente africano y ello -de una u otra manera- profundiza una delicada situación política internacional.

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