La clase obrera en Acindar enfrenta el impuesto al salario

Mucho se ha escrito y mucho ha hecho la clase obrera de diferentes ramas en los últimos años para combatir el nefasto IMPUESTO AL SALARIO, mal llamado “impuesto a las ganancias”.

Impuesto confiscatorio que sufre la clase ya que no tiene opción a esquivarlo o no pagarlo pues las empresas (que luego son las que reciben los subsidios alimentados por este robo) son las recaudadoras, descontando directamente del sueldo el tributo.

Un impuesto sobre el cual, el Estado tampoco está dispuesto a ceder. Al contrario, quiere profundizar, como parte del ajuste que aplica a todo el pueblo.

Es tan absurdo, hipócrita, irracional (y miles de adjetivos más que no se podrían poner en la nota) que un obrero:

1°: Nunca sabe cuánto ni que le descuentan porque nadie sabe explicar cómo se hace el descuento

2°: El obrero que está al borde o incluso debajo del costo de la canasta familiar real ($ 140.000) y cobra el aguinaldo o un premio o pretende hacer algunas horas extras por algún proyecto personal, o simplemente poder tener una vida digna, automáticamente parte de esto se va con el impuesto, por lo que estas conquistas históricas del proletariado se pierden en beneficio de los monopolios que son los recaudadores y beneficiarios a la vez

3°: En muchos casos, el obrero termina pagando para trabajar, ya que las empresas (sobre todo en los 2 años de pandemia donde muchas compañeras y compañeros quedaron aislados y las empresas no tomaron personal de reemplazo) y por su tipo de trabajo (guardias obligatorias para cuidado y control de procesos, por ejemplo) estaban obligados a cubrir las faltantes, en horas extras. Esto llevaba a que sus sueldos sufrieran continuos descuentos.

Como decíamos al principio, son muchos obreros y obreras de diferentes sectores y empresas que, en estos años, de una u otra manera han encarado luchas. Quizás las más conocidas son las históricas luchas de los petroleros y bancarios por la eliminación de este impuesto, o que las empresas se hagan cargo de este impuesto al trabajo.

Este es el caso de Acindar, en la planta que este monopolio del acero tiene en Villa Constitución, donde los trabajadores durante mucho tiempo vienen planteando este problema.

Hace algunos años atrás se llegaron a tomar medidas concretas, pero en la actualidad la resistencia era más particular, donde muchos compañeros, por más aprietes de los gerentes o jefes de turno, hartos de esta situación, no realizaban las coberturas, eligiendo ellos qué coberturas hacer, obligando a la empresa a parar máquinas o sectores enteros por falta de personal.

Pero esa resistencia casi individual fue aumentando hasta unificar la exigencia a la burocracia de que era momento de arrancar una lucha en conjunto, que era insostenible la situación.

Cuando la empresa se disponía a subir a 4 turnos la acería (el corazón justamente de la empresa) donde la cantidad de compañeros era para 3 turnos y el resto lo pensaban cubrir con horas extras (por supuesto que lejos está de pensar en tomar gente) los compañeros le dijeron NO: “si quieren pasar, que pasen, pero la cobertura no la hacemos”.

Esto corrió como reguero de pólvora por toda la planta y rápidamente en todos los sectores la voz fue una sola, ¡QUE LA EMPRESA SE HAGA CARGO DEL IMPUESTO A LAS GANANCIAS!

Esto obligó a la burocracia a convocar a una junta de delegados primero y a un congreso al otro día (donde se sumaron delegados de empresas contratistas de rama 21 a los cuales el impuesto les pega de la misma manera).

El hartazgo era total y el reclamo desde abajo muy claro: CORTE DE HORAS EXTRAS POR TIEMPO INDETERMINADO HASTA QUE LA EMPRESA SE HAGA CARGO DEL IMPUESTO A LAS GANANCIAS.

Una vez más los obreros de la siderúrgica se ponen en pie de lucha.

Una vez más la presión se hace insostenible para las burocracias.

Una vez más los compañeros, hartos de las mentiras y engaños de los empresarios y dirigentes, hartos que el Estado les robe su sueldo, aprietan el acelerador para lograr recomponer en algo su poder adquisitivo.

En solo 24 horas, ya son varios los sectores que se pararon totalmente o frenaron líneas por la falta de personal. Clara muestra de la justeza y del total acatamiento de la medida.

Los planes de producción de los monopolios chocan de frente contra la firmeza de la clase obrera dispuesta a recuperar su poder adquisitivo.

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