A principio de la temporada 2022 iniciada la cosecha, los cosecheros del Grupo Peñaflor en la segunda quincena de febrero se plantaron e impusieron un paro que llegó a sostenerse por tres días, reclamando la actualización del valor de la gamela o tacho de uva fina. Los obreros reclamaban $76 y las empresas se plantaron en $72.
Esta medida tubo su réplica en algunas fincas del este mendocino con un día de paro total y ante la urgencia de que se pase en maduración la uva y que se levantaran las medidas de fuerza, se llegó a pagar entre $80 y$100 según los lugares y por el estado de maduración de los racimos de uva.
Así comenzaba el año vitivinícola en esta temporada, desde el norte se avisaba que nada sería como antes.
Ante el llamado a elecciones de delegados gremiales de base para los trabajadores del Grupo Peñaflor, el sindicato confió en darle continuidad a sus alcahuetes que venían representándolo para esta empresa.
La patronal atinó a presentar una lista que respondiera a ellos y de esa manera alimentar el circo electoral dando “opciones”.
No contaban con que las y los compañeros hartos de tanta farsa de representación trucha tanto de los delegados como del sindicato mismo, serviles de la patronal monopólica de este grupo empresarial, decidieron en asamblea la conformación de una tercera lista con nombres propuestos y votados en asamblea.
Como habrá sido la sorpresa para la burocracia que se decidió postergar una semana las elecciones para evitar que, si ganaba esta tercera lista alternativa, no participara en las negociaciones que aún estaban abiertas sobre el precio del tacho o gamela.
De sorpresa se pasó a realidad: ganaron las elecciones los compañeros propuestos por la asamblea de trabajadores. Una genuina representación que empezó a marcarle la cancha a la burguesía vitivinícola de Salta.
El 24 marzo, feriado nacional, los cosecheros fueron invitados al trabajo.
La necesidad de los trabajadores por aumentar sus ingresos los llevó a aceptar la propuesta. Al producirse la primera entrega de la jornada, los cosecheros reclamaron el pago del tacho con doble ficha, como en cualquier otro rubro donde el trabajo en feriado nacional debe pagarse al 100%.
Se inicia otro conflicto, el capataz Guaymas, servil alcahuete de la patronal rechaza el pedido, se plantan los cosecheros nuevamente: asamblea y paro total.
Se acerca el Secretario Gremial del SOEVA del Cafayate e intenta mediar, es echado con empujones y amenazas por este servil capataz lo que derivó en una denuncia penal contra este individuo que se suma a otras de igual tenor por agresiones y mal trato a trabajadores de finca. Con la promesa de que se revería el tema del feriado, se vuelve al trabajo.
Los días pasan, la cosecha va terminando, las urgencias patronales van decreciendo y es en este marco que, en represalia a estos reclamos y medidas de fuerza de febrero y marzo, la empresa con el famoso “acuerdo de desvinculación” intenta despedir a cuatro de estos cosecheros que fueron “los marcados” al decir de los nuevos delegados.
Por esta arbitraria medida y ante rumores de que serían varios más los despidos, se resuelve en asamblea de trabajadores tomar medidas de acción directa, empezando con un paro por tiempo indeterminado y piquetes en el ingreso a Bodega Esteco y demás establecimientos del monopolio Peñaflor, exigiéndole al secretariado del SOEVA del Cafayate total cobertura legal y gremial, a lo que no puede hacer oídos sordos, pues las y los trabajadores del Grupo Peñaflor son el grueso mayoritario de los afiliados de esa localidad.
Esta medida se lleva a cabo con total éxito desde este viernes 06 de mayo y tendrá continuidad según las decisiones tomadas en asamblea. Ellos hacen realmente efectiva esta consigna generalizada “tocan a uno, nos tocan a todos”.
Ente la intimación de la Secretaria del Trabajo de Salta que invita a las partes a conciliar el martes próximo 10 de mayo y ante la desconfianza que se le tiene al Secretario Gremial del SOEVA, se le da mandato al Delegado Gremial principal para que sea éste quien represente la voz de las y los trabajadores ante esta convocatoria.
El mandato es que no se tolerarán los despidos, ni medidas disciplinarias contra estos compañeros y que sean sancionados los funcionarios de la empresa denunciados por malos tratos.
Todo dicho y todo expresado en cada hecho: cuando las y los trabajadores deciden hacerse protagonistas, se organizan, eligen el método de la asamblea para debatir y tomar decisiones, eligen a sus compañeros más honestos para que los representen y de esa manera se convierten en una fuerza combativa que no puede ser dominada por la patronal y sus alcahuetes, sean estos gerentes, encargados, capataces o sindicalistas serviles.
Saludamos el ejemplo de clase que los compañeros y compañeras vitivinícolas del Cafayate / Salta nos transmiten con sus acciones.