Conflictividad laboral en los EE.UU

La medición de la conflictividad laboral es uno de los elementos que la burguesía más intenta desvirtuar y ocultar. Solo pareciera salir a la luz ante determinadas huelgas, como si la conflictividad en general se tratara de acontecimientos aislados, sin conexión.

Nos presentan un estallido social por aquí y por allá –esta semana hubo importantísimas movilizaciones en Irán frente al aumento de precios, por ejemplo- como si no tuvieran conexión ni con lo que pasa en el resto del mundo, ni con lo que nos pasa cada día en nuestro puesto de trabajo.

Para ello traemos hoy un caso testigo, que forma parte de un trabajo más grande que estamos elaborando: la conflictividad laboral reciente en Estados Unidos.

¿Cómo se mide la conflictividad laboral?


La conflictividad puede medirse de diferentes maneras. Oficialmente, en EEUU el Bureau Of Labor Statistics (BLS) es el órgano que sigue esta medición, tomando exclusivamente las huelgas, y excluyendo otro tipo de medidas de fuerza. Hasta 1982 se medían todas las huelgas que involucraban al menos seis trabajadores y una jornada laboral completa. A partir de ese año se modificó la metodología de medición y solo se reportan huelgas que involucran más de 1.000 trabajadores. Cabe destacar que, según el mismo organismo, el 60% de las empresas del sector privado cuentan con menos de 1.000 trabajadores, con lo cual, la mayor cantidad de establecimientos quedan fuera de la medición estadística, y en ello muchas veces quedan afuera huelgas enormes, como la huelga de 800 enfermeras en el St. Vicent Hospital en Massachusetts ocurrida en el 2021.

Dicho esto, la medición oficial resulta bastante sesgada, por lo que solo se cuenta un puñado de conflictos de manera anual, y particularmente aquellos que involucran sindicatos enteros, quedando relegadas las huelgas por fábrica. Esto no es una pavada, ya que muchas veces las huelgas que superan a las burocracias se dan por fábrica, y no por empresa o rama laboral.

El siguiente gráfico muestra el número de huelgas y huelguistas detectados por el BLF durante los últimos 30 años. Claro está, se trata de un período histórico con una baja cantidad de conflictos laborales comparado con la década de 1970, pero ese análisis histórico lo reservamos para otro momento, de lo contrario este artículo se haría muy extenso.

Gráfico 1: Cantidad anual de trabajadores involucrados (línea contínua en eje primario)  y número de huelgas (línea punteada en eje secundario).
Fuente: Elaboración propia en base a Bureau Of Labor Statistics.

Se visualizan tres granes períodos:

  1. Durante la década de 1990 y hasta la crisis de las puntocom en el año 2000, las huelgas son de carácter principalmente defensivo, frente a reformas laborales que el capital fue imponiendo, tales como la subcontratación, extensión de jornada laboral, recortes salariales, relocalización de empresas, etc. Destaca sí el sector de telecomunicaciones como uno de los que presentaban luchas de carácter ofensivo.
  2. El período 2001-2017 se caracterizó por una sensible disminución en el número de huelgas (siempre hablando de huelgas de más de 1.000 trabajadores). Si bien la característica de éstas muchas veces fue dual, con huelgas ofensivas en algunos casos y netamente defensivas en otros, la tendencia general es un amesetamiento en las luchas. Para el sector industrial hubo una cantidad apreciable de huelgas de carácter ofensivo durante el período 2004-2007, y un retroceso fuerte y abrupto, con un planchazo importante hasta 2015, año a partir del cual se empieza a notar un reanimamiento.
  3. El año 2018 presenta un aumento de la actividad huelguística, principalmente en sectores no productivos, y 2019 ya manifiesta un alza importante de conflictos en la clase obrera industrial: la huelga de General Motors marca la cancha en este sentido. Recordemos, se trató de una histórica huelga de 40 días, que contó con la adhesión de las y los obreros de la planta ubicada en Corea del Sur. Cabe resaltar que la huelga anterior, en el año 2007 y en el marco de la previa al estallido de Wall Street con la crisis subprime, había sido una entrega del sindicato que acordó una quita salarial y en el servicio médico de las y los trabajadores luego de tan solo tres días de huelga. El conflicto del 2019 superó ampliamente esta complicidad sindical, lo que denota ya un cambio cualitativo en la disposición de la clase.
  4. Las huelgas en el sector industrial de 2019 así como las de 2021 no superan en número ni de huelgas, ni de huelguistas, ni de jornadas de paro, al período 2001-2007, aunque muestran valores semejantes.

El año 2020 presentó una clara caída en la estadística de grandes huelgas, producto de la pandemia y la crisis. Cabe destacar que, en EEUU, los años puntuales de crisis de superproducción presentaron siempre una disminución de la actividad huelguística. Fenómeno que no necesariamente se repite en otros países. Por ejemplo, en Argentina, la actividad huelguística del 2020 batió récords históricos en el sector industrial.

El año 2021 muestra un nuevo repunte de la conflictividad en general, pero principalmente debido a las huelgas fabriles: el 48% de las jornadas de paro, el 20,6% de los huelguistas involucrados y el 31,3% de las huelgas relevadas fueron protagonizadas por el sector productivo, siendo la huelga de John Deere, que no entraba en paro desde 1986 y experimentó dos huelgas en menos de dos meses, de neto carácter ofensivo (es decir, no en contra de recortes en los contratos, sino en la búsqueda de conquistas). Muy importante las huelgas de Nabisco primero, con corte de vías incluída, y Kellog’s después, que involucran al mismo sindicato (Bakery, Confectionery, Tobacco Workers, and Grain Millers International) que hizo lo imposible para detener ambos conflictos.

En cuanto a huelgas abiertas el año 2021 se caracterizó por una tendencia a superar a las burocracias, cosa que no se venía logrando años anteriores, aunque todavía es una tendencia incipiente.

¿Qué sucede en los establecimientos con menos de 1.000 trabajadores?


No existe una estadística oficial de conflictos laborales en Estados Unidos que permita analizar al detalle la conflictividad general. Sin embargo, el propio BLS recomienda utilizar como base de datos las estadísticas de mediación de negociación colectiva (Collective Bargaining Notice (F-7) Data), una instancia de conciliación que depende del Federal Mediation & Conciliation Service (FMCS), cuya base de datos disponible arranca recién en 2015, por lo que tampoco permite un seguimiento histórico completo. No obstante, tomando esa base se puede contabilizar el número de conciliaciones, para tener una base alternativa –aunque menos precisa- de análisis. El siguiente gráfico indica la evolución de las conciliaciones anuales:

Gráfico 2: Cantidad anual de conciliaciones colectivas en Estados Unidos.
Fuente: Elaboración propia en base a Federal Mediation & Conciliation Service.

En esta categoría el año 2021 también marca un crecimiento muy importante en la conflictividad.

Informaciones adicionales


A la información estadística resulta siempre mas oportuno complementarla con la información periodística, que refleja conflictos o fenómenos muchas veces “no declarados” en los números. Es que efectivamente, si comparamos los valores históricos de las huelgas del 2021 o del 2019 con aquellos de la década de 1970, se nos dirá que en Estados Unidos “no hay lucha de clases”. Pero si a eso le agregamos la manifestación de otras formas de lucha, características del período de resistencia que atraviesa la clase obrera, al menos, en la mayor parte de los países del globo, la lectura que obtenemos es otra. Efectivamente es necesario agregar a este análisis el fenómeno denominado como Striketober. Así bautizaron los analistas y periodistas estadounidenses a la ola de huelgas que se sucedieron en octubre del 2021, mes en el cual, curiosamente ¡No se sucedieron ninguna de las tres grandes huelgas que mencionamos anteriormente! Efectivamente el Striketober se caracterizó por huelgas que involucraron menos de 1.000 trabajadores, y la causa principal fue el hartazgo del proletariado frente a las extenuantes jornadas laborales y la flexibilización de hecho en la que se incurrió con la excusa de la pandemia. Los analistas declararon el mes de octubre como envuelto virtualmente en una huelga general que “nadie ha convocado”.

A este fenómeno se le debe agregar el fenómeno conocido como The Great Resignation (la gran renuncia, o bien la gran resignación, de acuerdo a la traducción)[1] fenómeno que todavía no se ha detenido, y de hecho se ha extendido también a Reino Unido, Australia, Singapur e inclusive Brasil. En octubre, cuando se denunció el fenómeno, más de 4 millones de estadounidenses renunciaron a su trabajo. Para Marzo de 2022 esa cifra ascendió a 4,5 millones.

El fenómeno se caracteriza por la renuncia masiva al trabajo, sin contar con otro trabajo de recambio. Es decir, que debido a las condiciones de superexplotación y el hartazgo, enormes sectores del proletariado, tanto profesional como no profesional, deciden renunciar, a pesar de no contar con nuevos ingresos para llegar a fin de mes. Esto lleva a las empresas a serios problemas para conseguir mano de obra, a pesar incluso de las tasas de desempleo y la disminución de ingresos producto de la crisis global de superproducción, y cómo la burguesía la está descargando sobre el proletariado.

¿Cómo continúa la conflictividad laboral en Estados Unidos?


Considerando las limitaciones de los indicadores mencionados, y haciendo una evolución mensual del primer trimestre, tenemos lo siguiente:

  • Huelgas de más de 1.000 trabajadores: durante los primeros cuatro meses del 2021 se registraron 6 grandes huelgas que involucraron 23.400 trabajadores y 295.400 jornadas de paro. Los primeros cuatro meses del 2022 registraron 7 grandes huelgas que involucraron 52.800 trabajadores y 494.000 jornadas de paro.
  • Conciliaciones colectivas: el primer trimestre de 2021 registró 5.886 conciliaciones, siendo para marzo de ese año un 13% correspondiente al sector de industria manufacturera, minería y petróleo. El primer trimestre de 2022 lleva acumuladas 6.109 conciliaciones, siendo que el sector industrial mencionado representa el 15% de las conciliaciones.
  • Gran resignación o gran renuncia: Durante octubre del 2021 renunciaron 4,51 millones de trabajadores, en marzo del 2022 se registraron 4,54 millones de renuncias.

Los tres indicadores (grandes huelgas, conciliaciones y renuncias) muestran que para lo que va del 2022, todos los valores son superiores o iguales a los del 2021.

Conclusiones


Si bien en términos históricos la conflictividad laboral en Estados Unidos está lejos de involucrar el número de huelguistas de la década de 1960 o 1980, presenta una tendencia ascendente de conflictividad por canales que se manifiestan en huelgas abiertas y en formas de resistencia individual.

La estadística oficial limita mucho la cuantificación de las huelgas abiertas al contar solo con aquellas que involucran más de 1.000 trabajadores, por lo que cuantitativamente no podemos afirmar que esta ola de huelgas sea más voluminosa que durante el período previo a la crisis del 2008.

No obstante, tanto la huelga de Nabisco, John Deere y Kellogs, presentan características interesantes de superación de las burocracias, al igual que la huelga de General Motors de 2019. Si este fenómeno se correlaciona con La Gran Resignación así como con el llamado Striketober, se reafirma una tendencia al alza en la lucha de clases en ese país. Fenómeno característico, puesto que, frente a la crisis, el proletariado está enfrentando serias dificultades para llegar a fin de mes, lo cual da cuenta de un cansancio y odio de clase creciente frente a la explotación, fenómeno que no se observó con estas características, que tienden a la búsqueda de independencia política, a la salida de la crisis del 2008.

En resumen, se puede caracterizar la lucha de clases en Estados Unidos como de resistencia activa, con una tendencia ascendente en el corto plazo, y en el marco de una salida a la meseta que significó el período 2008-2017.


[1] https://prtarg.com.ar/2021/10/09/otra-crisis-la-gran-resignacion/

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