En el día de ayer se realizó un paro de 16 horas en las plantas del neumático. Y van…
Las asambleas que llama el gremio son “informativas”, las negociaciones son “secretas”.
Pero siguen pasando los días y las medidas de fuerza que se iban a profundizar terminaron en “quites de colaboración”.
La producción actual de cubiertas garantiza la entrega a las automotrices y el negocio sigue en marcha.
¿Hay problemas? Si. Pero lo cierto es que empresarios, gobierno y gremio (adherido recientemente a la CGT de la mano de Moyano) negocian no solo a espaldas de las y los trabajadores sino en contra de sus intereses.
Hay pujas y luchas de intereses por arriba (no es nuevo) pero la variable del ajuste somos los que producimos todo en jornadas para el olvido.
Las asambleas para “informar” hay que cambiarlas para transformarlas en asambleas para debatir y decidir en cada sector cómo seguir la lucha por nuestras reivindicaciones. Allí sigue estando el gran secreto para garantizar el triunfo.
Las fuerzas “negociadoras” se oponen a la participación directa de las mayorías.
Ellos quieren la democracia que afirme la asamblea informativa. Es decir que “cuatro” representantes tenga un poder absoluto y que quienes le ponemos el lomo a la producción estemos informados y nada más.
Nosotros creemos en otra democracia que no delega, que no decide un “parito” de 16 hs. como el de ayer y todos acatemos.
Queremos una democracia directa, que en cada sector debatamos, opinemos, resolvamos y ejecutemos. Y en donde todos tengamos una intervención directa en las negociaciones que deben ser indelegables y menos aún secretas.
Profundizar las medidas de lucha para que las reivindicaciones sean logradas implica dar vuelta como una media la metodología adoptada hasta el momento. No existe un sindicalismo “combativo y clasista” cuando la negociación replica las prácticas de la CGT, caracterizada por la traición a la clase.
Si queremos avanzar en una nueva calidad del conflicto y que siente un precedente para toda la clase obrera del país, tenemos que seguir bregando por asambleas en cada sector capaces de tomar y ejecutar medidas de fuerza con aspiraciones de victoria.
Esa democracia obrera choca con la actual democracia, en donde se les delega a los de arriba el rumbo del conflicto y que -de una u otra manera- afecta la dignidad de toda la familia trabajadora del neumático.
Esto recién empieza. Estas ideas y metodologías deben recorrer los sectores, comenzar una nueva etapa de acumulación de fuerzas en esta dirección movilizando a los miles de compañeros y compañeras del neumático para resistir en una lucha de largo aliento. Y que el desgaste que intentan producir choque con la sabiduría que provoca la unidad por abajo para seguir enfrentando la burocratización del conflicto.