ACINDAR: los intentos de ajuste no paran, la lucha de clases tampoco

Hace unos 3 meses en Acindar se desataba un conflicto que venía gestándose desde hace años: el reclamo por la sangría del impuesto al salario.

Primero los trabajadores de los sectores de Acería (donde por estar en 4 turnos y cobrar calorías más altas los sueldos son en promedio más altos) pero rápidamente se trasladó a toda la planta. “Que la empresa se haga cargo de esta sangría que sufrimos los trabajadores mes a mes”, ese era el claro reclamo.

Luego de un corte de horas extras general y unánime (que ya se venía dando en forma individual o por sectores al margen del gremio por iniciativa de los compañeros) que  paralizó algunos sectores, la rápida acción del Ministerio local dictó la conciliación, y con las negociaciones del gremio (que firmó un acuerdo a espaldas de los trabajadores del que nos enteramos por una entrevista radial del Secretario General) acordaron como “solución al reclamo” un incremento del pago de las horas extras.

Una “solución” para la empresa, que necesita de las extras para que todo funcione ya que, contradictoriamente, al incrementarse el monto de las horas extras se incrementan los descuentos (que era el origen del reclamo). Además, esto no le brindaba ninguna solución a los trabajadores que no realizan horas extras e igual esta sangría le pegaba todos los meses.

Pasados 60 días de ese “arreglo” que supuestamente traería calma por lo menos hasta fin de año, (que es el período por el que rige y está ligado a un pico de producción de la empresa que incrementó las turnicidades en prácticamente todos los sectores) esta semana se desató un nuevo/viejo conflicto: las paritarias.

Luego de la primera reunión entre la renovada, combativa y juvenil dirección de la UOM nacional y la Cámara Argentina del Acero (que preside un brasilero, directivo de Acindar) y el ridículo ofrecimiento de ésta (5% en enero, 5% en febrero y 5% en marzo), la situación en los diferentes sectores de la planta se empezó a caldear al ritmo de los debates diarios, la inflación imparable y la producción que no cesa.

Tomando un cuadro comparativo que recientemente actualizamos se obtiene que:

  Año          Sueldo en U$S    TN de acero

2016 1.428 U$S 383
2020 358 U$S 454
2022 515 U$S 920

 

En cuestión de 6 años, mientras nuestro sueldo de bolsillo (en U$S) se redujo a prácticamente 1/3, el valor del precio del acero aumentó 2 veces y media.

El ajuste que venimos sufriendo los trabajadores todos estos años viene de la mano de paritarias que quedan por debajo de una inflación imparable. Utilizaron como excusa la pandemia para congelar los salarios (pero no la producción), y ahora hablan de la situación generada por la guerra en Ucrania que eleva los precios internacionales de estos productos y por consiguiente las ganancias de las empresas. Por eso no es de extrañarnos que se genere un caldo de cultivo en el cual la clase obrera no quiere ser simple espectadora.

En este marco, esta semana en la planta de Acindar se empezaron a hacer asambleas con parada de equipos reuniendo diferentes sectores. Donde en un debate amplio (mientras se les “pasaba factura” a los representantes del gremio por la tibieza y el descrédito que tienen, cansados de los amagues cada vez que hay negociaciones salariales) ¡¡La exigencia de un paro por paritarias es unánime!!!

Incluso en algunas asambleas los compañeros, cansados de versos y de las leyes que amparan a las empresas, plantearon el rechazo a la Conciliación Obligatoria. “Estamos cansados que todos los años la UOM anuncia un paro, y el día anterior se dicta la C.O, la cual el gremio acata sin chistar, cuando hay múltiples ejemplos de gremios y sectores en el país que la rechazaron”.

Otro reclamo es la unidad todos los trabajadores metalúrgicos para tomar las medidas de asambleas y paros, porque desde hace muchos años los debates se hacen por separado, por las diferentes ramas, debilitando el reclamo.

Es muy importante este reclamo por parte de los trabajadores de Acindar, ya que si tenemos en cuenta la planta de Villa Constitución (algo que tienen en común las plantas de Siderar en San Nicolás y Siderca en Campana) la cantidad de trabajadores de rama 21 (planta permanente) y rama 17 (empresas contratistas) se dan CASI por partes iguales,

En Acindar son aproximadamente 1.200 los primeros y 800 los segundos. Además, que todas están rodeadas por infinidad de talleres (rama 17) que realizan trabajos para las empresas madres y empresas pequeñas que están alrededor de estos gigantes (en este caso Tenaris y Laminados Industriales, la famosa Chapa Naval que tumbó un ministro)

Por eso no es casual que amplios sectores de la planta reclamen a la directiva regional (que ahora forma parte de la nacional) que realice un paro y asamblea en frente de Acindar donde puedan confluir todos los metalúrgicos de la zona.

Este reclamo va de la mano de una unidad que ya se está gestando desde hace tiempo, y va caminando por los diferentes sectores de la planta y los compañeros de las contratistas que tiene en el horizonte toda la zona.

Una unidad para la lucha en acciones directas, de forma autoconvocada, entendiendo que de la burocracia no se puede esperar nada, ya que cuando se ponen a “negociar” (como en el ejemplo que describimos primero) negocian a espaldas de los trabajadores y dándoles soluciones a los monopolios para sus problemas de producción.

Esta tarea sin descanso va tomando diferentes formas y va dando grandes pasos en la conciencia de los trabajadores, que ya no esperan nada de la burocracia, pero sí toman conciencia de sus propias fuerzas.

La permanente búsqueda de unidad, la decisión de no seguir perdiendo poder adquisitivo, la claridad de las ganancias de las empresas y la desconfianza en las instituciones gremio/Estado es el caldo de cultivo que avizora una nueva escalada en el permanente enfrentamiento de clase contra clase. En un contexto nacional donde cualquier chispa puede desatar gran un incendio.

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