Hace pocos días, la vicepresidenta del senado, Carolina Losada, legisladora por la provincia de Santa Fe, ha presentado un proyecto de ley que castiga con penas de hasta 6 años de cárcel a los trabajadores que bloqueen el ingreso a una empresa, tanto a quienes pertenecen a la misma como a terceros (proveedores, clientes, etc.) que se dispongan a ingresar y que sean obstaculizados por los asalariados.
Debido a que la mencionada represora representante de la burguesía monopolista pertenece al partido radical de Juntos por el Cargo[1], políticos, funcionarios y medios afines al Frente de Todos Burgueses[2], se pusieron el traje de demócratas y se escandalizaron cínicamente por el mencionado proyecto.
Lo que no dicen estos últimos personajes populistas es que dicho proyecto complementa las medidas sumamente reaccionarias de profundización del ajuste contra los ingresos de los trabajadores y sectores populares, tomadas por su gobierno dirigido por Fernández, Kirchner y Massa.
¿Por qué decimos que se complementan? Porque, como sabe todo el mundo, dichas medidas y proyectos de ley están dirigidas en contra de los intereses de la clase obrera y sectores populares y a favor de los de clase burguesa.
Pero ello se hace mientras el amperímetro de la lucha de clases se mueve cada vez con más intensidad.
Tanto en la provincia de Santa Fe, en donde hoy día hay paros de empleados públicos, docentes, médicos y trabajadores de la salud, por aumento de salarios y mejora en las condiciones de trabajo, como en otras provincias también hay malestar y medidas de lucha de todo tipo (que van desde un estado deliberativo, hasta paros en diversos sectores de la industria) tal como ha ocurrido en transporte, textiles del norte de Santa Fe, neumáticos, vitivinícolas, portuarios, metalúrgicos y otros.
Esto indica claramente que el proletariado y las y los trabajadores en general, no van a asistir como espectadores a la profundización del ajuste que se está implementando y cuyas mayores consecuencias aún no se sienten con todo su rigor, así como las legislaciones que pretendan aplicarse contra esas luchas.
Dado lo cual, es de prever que las medidas de lucha se acrecienten con las metodologías que les son propias a las y los trabajadores más conscientes que, seguramente, aplicarán, como lo vienen haciendo en diversos conflictos, orientadas a pegar golpes a la producción que es el punto que le duele a la burguesía, clase claramente beneficiaria de las resoluciones gubernamentales y leyes existentes o proyectos de las mismas.
A pesar de las “diferencias” entre Liberales populistas (JxC) y Populistas Liberales (peronistas), todos se dan la mano y se complementan con sus medidas (en el caso de quienes ejercen el gobierno) y de sus proyectos de ley (en el caso de quienes están peleando por los cargos).
Mientras tanto, las y los obreros, trabajadores en general y sectores populares oprimidos, es necesario que profundicemos y generalicemos las medidas de todo tipo contra los intentos de la burguesía monopolista de hacernos pagar las crisis que ellos generan con el sostenimiento del sistema capitalista a contra mano de la tendencia histórica que conduce hacia su desaparición de la mano de la socialización de la producción que ya no soporta la propiedad privada capitalista.
Por eso, es sumamente necesario que la acción y unidad desde las bases se vaya reflejando en organización.
Los intentos infinitos de la burguesía consistentes en hacernos pagar los porcentajes que pierde mediante la irreversible tendencia decreciente de la cuota de ganancia a la que los somete el propio funcionamiento del sistema capitalista, requiere una unidad no sólo en la lucha sino en una organización nacional que nuclee a vastos sectores populares contra la dictadura democrática de la burguesía y sus gobiernos de turno, la cual es necesaria crear y desarrollar desde las bases populares.
Y, además, de un partido proletario que refleje con claridad no sólo los intereses inalienables de la clase obrera sino que proyecte y planifique los pasos diarios a recorrer, el golpe a dar como un solo puño en cada momento y el camino que conduzca a la sociedad socialista que emancipe al proletariado y al pueblo de la condena de tener que trabajar por toda su vida y la de las generaciones subsiguientes para beneficio y goce de la gran burguesía monopolista, incidiendo y ganando la dirección política de esa otra organización nacional de los sectores populares.
Los partidos de la burguesía practican y practicarán el “juego” de policía bueno y policía malo, echándose culpas mutuamente mientras meten sus decisiones en contra de los ingresos populares y aumento de sus ganancias.
No tenemos nada que ver con sus disputas ni con los circos armados para encubrir sus verdaderos fines.
Podrán querer entretenernos con sus sobreactuadas “persecuciones” judiciales tales como ocurre hoy con la vicepresidenta que aparece como víctima de la oposición o con la amañada “sed de justicia” como ocurre con la oposición que aparece como justiciera frente al robo de los recursos del país.
Unos y otros “roban” legalmente haciendo pagar al pueblo con su trabajo cada vez más forzado, la llamada deuda externa y la sed diaria de ganancias monopolistas. La burguesía monopolista es una sola clase y es la generadora de todos los males que padecemos.
Ella es el enemigo a vencer y contra ella debemos organizar la lucha de clases.
[1] Deformación intencionada del nombre “Juntos por el Cambio”
[2] Ídem con el nombre de “Frente de Todos”