A propósito de blindajes y de crisis

El sello de todo el escenario político de los últimos tiempos es: las disputas palaciegas entre los rufianes y rufianas de turno -que con desparpajo nos vienen atorando día tras día-  acompañados por el sequito de saltimbanquis parlamentarios y vociferadores a sueldo tiñen con su sombra mediática la realidad, intentando tapar nuevos ajustes, (por ejemplo recortes presupuestarios en salud, educación, vivienda, etc.), más inflación, más negocios y saqueos a la medida de la codicia y la desesperación por las ganancias de unos pocos poderosos a costa de miserias salariales, de miserias sociales y de injusticia generalizada de la amplia mayoría de nuestro pueblo.

Siempre prestos a la vocinglería y al circo, al impacto mediático, al llamado “hecho político con su secuencia electoral a cuestas”, son expertos en armar todo un blindaje cuya trabazón se desenvuelve en función de sostener a como dé lugar -en este marco de crisis-  los intereses de la burguesía monopolista. Es decir: de la clase dominante a la que todas estas y estos personajes pertenecen.

En paralelo a esta escenificación -que lejos está de ser solo una producción de índole mediática, sino que también expresa el marco de crisis política que anida en las alturas- también se desenvuelven otros blindajes.

Unos tienen que ver con otros. Es decir: son parte de la misma trabazón de intereses en pugna que se desenvuelven en el marco de las disputas por la concentración de recursos y “negocios” a manos del capital monopolista en su descomunal crisis.

Massa, en su presentación como nuevo ministro hizo especial énfasis en la producción de riqueza minera, energética y cerealera para salir adelante. Raudo en estas premisas, lo que hizo fue blindar el conjunto de garantías políticas del Estado en función de tales los intereses monopolistas.

El plan que reclamaban algunos ñatos de la burguesía. Pero en un río distinto al que se han bañado antes.

Con la lógica del diversionismo que todo lo desvirtúa, se trata de esconder la directa relación con nuestras condiciones de trabajo y de vida que tiene todo lo que se avecina. Es decir: se blinda todo este escenario tratando de esconder cómo se ventilan ventajas cambiarias, subsidios, logística, ajustes y garantías políticas, con todo lo que ello significa.

Se trata de encausar el desaliñado modelo, pero desde una aparente nueva lógica de los feroces tironeos intermonopolistas frente a su incapacidad de centralización política. O sea: la lógica de blindar sus inconsistencias.

Las “negociaciones” como las mantenidas por Massa en días posteriores a su asunción de “superministro” con grandes corporaciones petroleras en Neuquén, entre ellas Exxon y Shell se pueden resumir al reclamo de que “Vaca Muerta necesita inversiones por 68.500 millones de dólares”, con el mar de fondo de una monumental crisis energética como justificación.

La llamada segmentación además de otros tantos ajustes con los que nos golpean a diario, se desenvuelve en el marco de estas “charlas” con los popes de transnacionales y lo que fue anunciado como aparente alivio terminó siendo un ajuste feroz contra el pueblo.

A los pocos días, en medio de la disputa judicial mediática y mediocre, aparece esta noticia: “A espaldas de las petroleras, Massa cierra un acuerdo con cerealeras y extiende el cupo del 12,5% biodiesel en el gasoil “, dice la editorial del 25 de agosto de este año de la revista especializada en energía y minería Econo Journal.  “El ministro de Economía extendió el corte obligatorio del 12,5% del biodiesel con el gasoil. Fuerte malestar de las petroleras, que se enteraron de la medida una vez que ya estaba tomada. Refinadoras advierten que no hay capacidad logística para cumplir con el corte. Grandes cerealeras como Cargill, Aceitera General Deheza (AGD), Bunge Argentina, LDC, Molinos y Cofco y empresarios locales, los grandes beneficiarios de la decisión”. 

Este reclamo frente a la extensión del cupo de biodiesel que sin duda entra en el marco de disputas por las ganancias en el seno del gran capital transnacional tiene su inmediata repercusión en la subida de los precios de los combustibles de estos días.

El viaje a Washington por el Litio y con el FMI que el señor Massa realizara en setiembre se extiende ahora a Texas a pedido de los Ceos de Exxon y del tristemente célebre Chevron. No esta demás decir que todo ello ocurre en compañía del señor Stanley, embajador yanqui en nuestro país, el mismo que reclama imperativo “No esperen las elecciones, hagan una coalición ya”.  (Ver nota del 19/8/2022 en esta misma página: Gobierno de coalición piden los EE. UU).

El blindaje de las provincias del Litio producto del acuerdo político entre los gobiernos de Salta, Catamarca y Jujuy ya es un hecho ratificado, pero, escondido bajo el manto del diversionismo.

Es un acuerdo que “deja el camino libre para avanzar con políticas comunes para desarrollar la extracción de ese mineral”. “Infraestructura; Desarrollo de Proveedores; Regalías y Tributos; Minería, Ambiente y Agua, Ciencia y Tecnología; Educación y Trabajo”.  Mejor dicho, es el camino que da las garantías políticas para ratificar el saqueo que ya se viene realizando por parte de las corporaciones capitalistas, pero ahora viabilizado y por escrito y recientemente decretado como política oficial del Estado que permite ofrecer garantías económicas como por ejemplo la disponibilidad de dólares, ventajas arancelarias a la exportación, etc.

“Varias automotrices ya ponen un pie en el triángulo del litio argentino, como Ford, General Motors, BMW, Toyota o incluso Tesla, con una misión de directivos de la firma de Elon Musk a Catamarca” (Petrolnews.net 18/8/2022).

Cabría decir que es un recurso por el que disputan no solo las automotrices sino también las petroleras, las grandes mineras transnacionales, los grandes fondos de inversiones, corporaciones transnacionales y que -independientemente de sus orígenes – entrelazan sus capitales en función de las ganancias.

Por ello mismo también pujan por arrebatárselas unos a otros a costa de guerras, saqueos, destrucción de la naturaleza, regímenes de superexplotación, ajustes, inflación, destrucción de fuerzas productivas.

En suma: el imperialismo en toda su expresión con los Estados a su entero servicio.

En Vaca Muerta, en agosto del 2018, también se acordó entre empresarios, Estado y CGT un blindaje hecho a la medida de los intereses monopolistas transnacionales.

Bajo el disfraz del progreso y la significación social y económica que ello representaba para nuestro país, bajo el aspecto de los puestos de trabajo, con el manto de un desarrollo ininterrumpido y sostenible y bla, bla, bla. ¿Qué ha sido de todo ello? Solo un emblema de las contradicciones insalvables del sistema capitalista.

Hoy, esas mismas expresiones del capital monopolista transnacional que mediante la sucesión de gobiernos imponen ajustes y pobreza, que mediante sus blindajes anteriores han propiciado una descomunal destrucción del medio ambiente y la vida de los trabajadores y el pueblo estan parados en el frágil suelo pantanoso de una profunda crisis global.

Pretenden blindar sus nuevas aventuras destructivas en un escenario de creciente resistencia, de lucha, de hartazgo de la clase obrera y el pueblo. Pretenden darle otra vuelta de tuerca a sus voraces atrocidades en un escenario de lucha de clases persistente y tozuda que no les da respiro.

Pero con el blindaje buscan un aire que difícilmente encuentren.

Porque -a decir verdad- ningún blindaje puede soportar el peso de la historia.

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